Los microplásticos llegan a la dieta de los pingüinos antárticos
Un estudio con participación española ha permitido encontrar trazas de materiales plásticos en las heces de pingüinos antárticos de tres diferentes especies: Adelia, barbijo … Leer Más
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El nuevo tapabocas ha sido bautizado con el nombre de GreenFace, su inventor, el colombiano Héctor Mauricio Páez, asegura que se trata de una … Leer Más
Para abastecer una fábrica de celulosa en Mozambique talarán hasta 237.000 hectáreas de bosque, incluida la ecorregión de miombo. La empresa Portucel pretende … Leer Más
Con el uso de residuos del maíz en la fabricación de pañales y toallas higiénicas, tres estudiantes de la Universidad Nacional sede Medellín encontraron la forma de aportar al desarrollo sostenible y a la preservación del medioambiente.
La falta de lluvias durante ciertas frecuencias de tiempo incide en la ausencia de forraje o pastos para alimentar el ganado. Dado que los residuos de papel tienen un componente de celulosa, que también forma parte en una proporción del que tienen los pastizales, este puede reemplazarse en la nutrición del ganado.
Los investigadores españoles Bernabé y José Moya no podían creer lo que estaban viendo.
La industria forestal se expande. El reciente 21 de mayo Bachelet anunció que "los bosques son un pilar importante de nuestra economía y hay que apoyar la inversión en ellos, una que sea social y medioambientalmente sustentable. Con ese fin, prorrogaremos la vigencia del DL 701".
La presidenta confunde o, lisa y llanamente, miente, al nombrar por bosques a las plantaciones forestales. Un bosque es un conjunto diversos de árboles y otras especies convivientes en un espacio determinado. En ellos hay ciclos regulados naturalmente que aseguran su sustentabilidad y servicios ambientales tales como la provisión de agua y alimentos, la regulación del clima, la absorción de carbono, espacios de belleza y otros tantos.
Iniciativas de la sociedad civil e incluso de poderes del estado, tanto de Uruguay como de Argentina, para acceder a informaciones sobre la calidad de las aguas del Río Uruguay, en particular sobre el desempeño ambiental de la planta de celulosa de UPM, se enfrentan a una muralla infranqueable cuyo baluarte es la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) donde las diferencias entre ambos gobiernos justifican los ocultamientos.
Luego de haberse levantado el carácter confidencial del contrato de inversión, el fiscal Enrique Viana presentó una demanda de declaración judicial de "nulidad absoluta" del convenio entre el gobierno uruguayo y la trasnacional Montes del Plata a raíz de la instalación de su complejo forestal-celulósico en el departamento de Colonia. Para el fiscal, el Contrato de Inversión se convierte en "un verdadero contrato de Colonia o de Coloniaje, no en favor de un Estado extranjero, sino de una empresa privada extranjera".
Organizaciones sociales advierten sobre los riesgos del monocultivo de árboles para la industria de la celulosa y aserraderos: concentración de tierras, pérdida de biodiversidad y desalojos campesinos e indígenas. Algo parecido a lo que ocurrió con la soja. Una legislación generosa incentiva su avance. Un bosque es un lugar diverso que presenta tres estratos vegetales: uno en el que predominan los pastos, otro de arbustos y un tercero con especies arbóreas. En el bosque habitan muchas especies animales y de allí los hombres generan soberanía alimentaria, abrigo, calefacción y medicinas. “Eso no se encuentra en un monocultivo de pinos”, explican desde la Mesa Campesina del Norte Neuquino.
Para las personas que viven en las zonas donde se establecieron las plantaciones, la realidad es que éstas han destruido sus medios de vida y secado arroyos y ríos. Los pocos empleos creados son peligrosos, mal pagos y a menudo zafrales. Las plantas de celulosa se encuentran entre las industrias con procesos industriales más contaminantes. Los fondos para el desarrollo deberían dejar de usarse para facilitar la expansión de la industria mundial de la celulosa y de las plantaciones industriales de árboles asociadas.
Casi inexistente, el diálogo entre el gobierno uruguayo y las organizaciones ambientalistas se estancó con la agudización del conflicto con Argentina por la planta de Botnia, pero el tema fundamental sigue siendo la forestación y sus impactos, cuya negación es cada vez más insostenible.
Los biocombustibles de primera generación, como el etanol y el biodiesel, debutaron en el escenario mundial como la solución a la trampa de los combustibles fósiles. Pronto comenzó a acumularse la evidencia de que esta supuesta solución bien podría ser un conjunto de nuevos problemas.
El uso de árboles para hacer combustible como parte del boom de los agrocombustibles significa el cultivo de plantaciones masivas de monocultivo de árboles. Ya existen en Chile, Uruguay y Brasil para suplir madera al igual que pulpa de papel, y por su destrucción de la biodiversidad este modelo ha encontrado la oposición de grupos de sociedad civil y pueblos indígenas, cuyo sustento está en juego.
Aún manteniendo los niveles de emisión dentro de los límites que ellos mismo se fijaron, a mediano o largo plazo, la acumulación de contaminantes en la cadena trófica transformará a la región: severas perdidas en la calidad de vida; depreciación de tierras y emprendimientos económicos; y lamentablemente, también el deterioro de la salud de los habitantes de la región.
Quienes proponen los árboles GM nunca discuten los derechos a la tierra ni los derechos de las comunidades locales a manejar sus propios recursos. No hablan de reducir la demanda de productos de madera tales como el papel, ni del hecho de que la demanda viene del Norte en su mayor parte.