Kioto, un malentendido de mil millones de toneladas de CO2

Compra de emisiones y crisis económica han "ayudado" a cumplir con el protocolo de Kioto en España, sin cambio de rumbo. Aunque según las cuentas provisionales el Estado español habría cumplido el tratado de Kioto, para Ecologistas en Acción la forma de cumplirlo ha sido incorrecta y se han emitido unos mil millones de toneladas de CO2 adicionales frente a la senda prevista. El tratado se ha cumplido mediante la compra de emisiones y también debido a la crisis económica, destacando la escasa o nula puesta en marcha de medidas de mitigación del problema.

La vertiginosa escasez del agua

Las fuentes, los manantiales, las cuencas o cañadas están en acelerada vía de extinción, hay cambios de clima y de suelo, inundaciones, sequías y desertización. Pero es la acción humana la más drástica: ejerce una deforestación delirante, ignora los conocimientos tradicionales sobre todo de las comunidades indígenas locales, retira el agua de los ríos de diferentes maneras, entre otras con obras de ingeniería, represas y desvíos.

Fuego cruzado en Durban

Canadá tiene especial interés en socavar el Protocolo de Kioto porque le ha asignado una altísima prioridad a la aprobación por parte del gobierno de Estados Unidos de la construcción del oleoducto Keystone XL que permitiría transportar petróleo extra-pesado de Alberta hasta refinerías localizadas en Houston y Port Arthur, Texas, para su procesamiento y posterior distribución en los Estados Unidos durante décadas. El proyecto implica la renuncia definitiva por parte de ambos países a cualquier intento global por reducir las emisiones de carbono y evitar un aumento de temperatura mayor a los 2°C.

La agonía del protocolo de Kioto

La negociación que tendrá lugar en Durban, Sur Africa, a finales de este mes puede convertirse en el golpe de gracia al Protocolo de Kioto. Esa será la intención de buena parte de los países industrializados, liderados principalmente por los gobiernos de Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón. Desafortunadamente, los países industrializados, salvo contadas excepciones, han sistemáticamente saboteado el alcance de un compromiso global para encarar la destructiva amenaza climática global.

El mercado de carbono voluntario

El mercado de carbono avalado por Kioto, permitió la entrega a los países contaminadores una serie de permisos o derechos de emisión, que serían equivalentes a sus niveles de emisiones en 1990 menos -o más- su compromiso de reducción de emisiones. Es decir que los países industrializados se verán recompensados por sus emisiones y peor aún, podrán aumentarlas.

De soluciones falsas a soluciones reales para el Cambio Climático

El Wall Street Journal confirmó en marzo de 2007 que el comercio de emisiones "dejará ganancias a algunas empresas muy grandes, pero no crean ni por un minuto que esta charada será de alguna utilidad para resolver el calentamiento global". El documento se refiere al comercio de carbono como una "búsqueda de ganancias al viejo estilo…ganar dinero haciendo trampa al proceso de regulación".

La Globalización en retirada

A comienzos de la década de 1990, se presumía que la globalización sería la ola del futuro. Hace quince años, los documentos de los pensadores globalistas como Kenichi Ohmae y Robert Reich celebraron el advenimiento del surgimiento del llamado mundo sin fronteras. El proceso por el cual las economías nacionales relativamente autónomas se transformarían en una economía global única funcionalmente integrada era pregonado como irreversible.

Convertibilidad a favor de empresas españolas y bonos de carbono a favor de España

La deuda externa ha sido un mecanismo de dominación por excelencia de los poderes extranjeros sobre nuestros países, contando con la colaboración de los distintos gobiernos nacionales de turno; desde los gobiernos de facto hasta las democracias, que se han ganado la adjetivación de democracias “tuteladas”. Uruguay no escapa a esta situación general descripta.

Deuda Externa versus Deuda Ecológica

El concepto de deuda ecológica encierra la obligación contraída por los países enriquecidos como consecuencia del expolio continuo de los recursos naturales de los países empobrecidos, un intercambio comercial desigual y el aprovechamiento exclusivo del espacio ambiental global como sumidero para sus residuos.