¿Son seguras las aguas de las zonas de baño?

No todas las áreas de baño cumplen con los estándares de calidad deseables. El agua en playas, ríos y embalses no siempre es segura para nadar. A continuación, te explicaremos cómo se evalúa la excelencia de estas zonas acuáticas.

A veces, puede que nos aventuremos a bañarnos en una playa sin acceso fácil, servicios o salvavidas, e incluso donde no se recomiende el baño. Lo hacemos con la esperanza de encontrar una cala casi virgen y pensar que estará menos llena de gente y más limpia que las playas abarrotadas de turistas. En este reportaje, te explicaremos si el agua que utilizamos para bañarnos es de buena calidad. Además, te brindaremos información sobre cómo identificar las aguas menos contaminadas.

De acuerdo con el reciente ‘Informe Nacional de Calidad de Aguas de Baño’ publicado por el Ministerio de Sanidad en 2021, se informa que un impresionante 96,6% de las aguas utilizadas para bañarse en España cumplen con los estándares mínimos de calidad considerados “suficientes”. Además, se destaca que un notable 87,4% cumple con los requisitos superiores y es clasificado como “excelente” en términos de calidad. A pesar de esto, se encontró que un 7,8% de las áreas designadas para bañistas solo alcanzaron la categoría de “buenas”, mientras que un 1,2% obtuvieron una calificación de “insuficiente” y un 2,2% no pudo ser clasificado debido a la imposibilidad de medir su nivel de contaminación. Esta clasificación es un análisis exhaustivo de la calidad del agua en 2.261 ubicaciones, que incluyen playas, calas para baño y fuentes de agua continentales como ríos, piscinas naturales y lagos. El propósito principal es determinar si estas aguas cumplen con los estándares de vigilancia y regulación establecidos por la Unión Europea.

“La calidad de las aguas de baño es un indicador de la salud ambiental de nuestras aguas costeras y continentales, con relevancia en Salud Pública y en el potencial de desarrollo turístico y económico de nuestro país. La normativa nacional y de la europea están destinadas a garantizar una calidad del agua apropiada para el uso del baño de la población, protegiendo de este modo la salud de los ciudadanos”, expone en el informe Pilar Aparicio, directora general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad.

¿Cómo se analiza el agua?

En España, la temporada de baño se lleva a cabo desde mayo hasta septiembre en las zonas costeras (excepto Canarias, donde se extiende casi todo el año), y desde junio hasta septiembre en las aguas interiores. Durante este período, se realizan muestreos mensuales del agua para garantizar su calidad y seguridad. Durante la temporada de verano, se llevarán a cabo al menos ocho muestras de agua.

En el laboratorio, se realizan análisis para determinar la calidad del agua. Específicamente, se evalúa la presencia de dos bacterias fecales: enterococo intestinal y Escherichia coli. Estas bacterias se miden en “unidades formadoras de colonias” (UFC) por cada 100 mililitros de agua.

⛔ Cuándo se prohíbe el baño

Cuando en las áreas costeras y litorales los niveles de enterococos superan los 185 UFC/100 ml y los niveles de E. Coli superan los 500 UFC/100 ml, se considera que la calidad del agua es “insuficiente”. En estas circunstancias, se recomienda evitar el baño. Estas bacterias pueden provenir de diferentes fuentes, como áreas urbanas donde se encuentran las heces humanas, actividades agrícolas utilizando estiércol o criaderos ganaderos donde se generan las heces animales.

En un mundo ideal, sería deseable evitar que las bacterias fecales contaminen las aguas de baño. Sin embargo, lamentablemente esto no siempre es posible de lograr en la práctica. En algunos casos, fenómenos climáticos extremos como sequías, lluvias intensas o desbordamientos, así como el colapso de plantas de tratamiento y sistemas de gestión de aguas residuales debido a la alta afluencia turística, pueden provocar fallos en el control de la contaminación desde su origen. Cuando se detecta la presencia de materia fecal en el agua de una playa, lago o río, es necesario cerrar temporalmente el área y advertir a los bañistas que eviten nadar ahí.

Las playas más contaminadas

En el año 2016, un equipo de investigadores de la Universidad de Alicante liderado por el doctor Luis Aragonés del departamento de Ingeniería Civil, realizó un estudio sobre la calidad del agua en áreas costeras de España. Los resultados fueron publicados en la revista Science of the Total Environment y se basaron en una muestra que incluyó 1.392 playas, Un estudio reciente analizó la presencia de bacterias fecales en diferentes playas y su posible relación con las condiciones climáticas y ambientales. Los resultados revelaron que las playas de arena son más propensas a albergar estas bacterias en comparación con las playas de grava. Además, el impacto del oleaje y las mareas altas agravan aún más la contaminación en estas áreas.

La proliferación de bacterias no solo está influenciada por factores como la incidencia de horas de sol, la temperatura, la salinidad del agua y la lluvia, sino que también hay otros aspectos que pueden desempeñar un papel importante en este proceso.“De la investigación se desprende que las horas de luz y, por tanto, la acción de la radiación ultravioleta son los factores más importantes en la eliminación de bacterias, pudiendo incluso compensar la menor depuración de las aguas residuales. Todos aquellos factores que directa o indirectamente provoquen que esta radiación no actúe o lo haga en menor medida, contribuyen al aumento de las concentraciones bacterianas”, señalan los investigadores. Las playas del Cantábrico, al tener menos días soleados, más lluvia y una temperatura del agua más fría, suelen experimentar un mayor oleaje y mareas. Debido a estas condiciones climáticas, es posible que presenten una mayor presencia de contaminación bacteriana en comparación con las playas del sur de España.

El informe de la Universidad de Alicante señala una posible falla en la directiva europea 2006/7/CE que regula la calidad del agua. Aunque esta directiva tiene un objetivo ambicioso, el informe advierte que podría estar careciendo de distinciones claras y específicas.Actualmente, no existe una distinción clara entre los diferentes tipos de suelos de las playas. Además, tampoco se cuenta con un protocolo común para la recolección de muestras, lo cual genera mucha variabilidad en función del momento del día en que se recolectan, si es un día soleado o lluvioso, así como el lugar exacto donde se realizan las mediciones. También influye la turbidez causada por el oleaje y las mareas.

✅  Cuándo se reabre una zona de baño

Durante el verano, son las autoridades autonómicas responsables de la seguridad ambiental y sanitaria quienes informarán sobre el cierre de áreas recreativas de baño contaminadas. Estos cierres pueden durar entre 48 o 72 horas, tiempo necesario para llevar a cabo las acciones pertinentes y garantizar la salud de los bañistas. El tiempo necesario para regenerar el agua depende de si la contaminación ha sido localizada en un punto donde se haya regenerado o de la gravedad de la contaminación.

Adicionalmente, los técnicos encargados de garantizar la calidad del agua realizan inspecciones visuales para identificar la presencia de medusas, alquitrán, plásticos, residuos flotantes, restos orgánicos u otros tipos de contaminación. En base a estos hallazgos, se tomará una decisión sobre si es necesario o no cerrar la playa como medida preventiva.

Cómo saber si podemos disfrutar de un baño

Si estás planeando disfrutar de alguna zona de baño autorizada durante tus vacaciones, es importante que estés al tanto de la calidad del agua. Para facilitar esta información, se colocan carteles informativos en el área que indican la clasificación de la calidad del agua. Esta clasificación puede ser “insuficiente, suficiente, buena o excelente”. Además, estos carteles pueden incluir pictogramas con un nadador acompañado de una línea sobre su cabeza para proporcionar información visual clara a los veraneantes, o de una a tres estrellas, para mostrar de menor a mayor la calidad del agua. El baño está prohibido únicamente en lugares donde el agua no cumple con los estándares de calidad necesarios, ya que existe un riesgo para la salud al entrar en contacto con bacterias fecales.

Los análisis realizados pueden detectar la presencia de sustancias como aceites minerales, residuos vegetales, compuestos orgánicos y tensioactivos, residuos plásticos, algas y macroalgas, diatomeas, lodo en descomposición, espumas, cianobacterias, medusas, presencia de cristal, madera, caucho, entre otros productos.

➡️ Sistema de información Náyade

Desde el año 2008, se ha implementado el sistema de información sanitario conocido como Náyade. Este sistema recopila datos sobre las características de las áreas recreativas acuáticas, tanto en interiores como en zonas costeras. Además, permite evaluar en tiempo real la calidad del agua mediante muestreos realizados durante la temporada estival. Si planeamos viajar y nadar en una playa específica en Valencia, por ejemplo, podemos ingresar los datos en un buscador para verificar la situación actual y habitual de esa área de baño. Así podremos estar informados antes de nuestro viaje.

Los datos recopilados se utilizan luego para elaborar tanto el Informe Nacional de Calidad de Aguas de Baño como el ‘Informe de Calidad de Aguas en Europa’, publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Estos informes supervisan la salud y cumplimiento normativo en las zonas de baño, proporcionando información importante sobre su salubridad. El último informe europeo del año 2021, que evalúa más de 21.551 zonas de baño en la Unión Europea, posiciona a España en el puesto número 13 del ranking. Destaca que un 87,4% de sus zonas de baño cuentan con una calidad de agua considerada “excelente”, superando ligeramente la media europea.

Lo que los informes no nos dicen

Es importante destacar que los riesgos para los bañistas no se limitan únicamente a la presencia de bacterias fecales. Durante la temporada 2021, se tomó la decisión de cerrar temporalmente 254 áreas de baño en tierra firme o en la costa debido a diversos motivos, como episodios puntuales de contaminación, circunstancias excepcionales, presencia de residuos o dificultades para realizar el muestreo necesario.

Además, existen otras limitaciones al sistema de vigilancia. No se realiza el muestreo:

  • si por condiciones meteorológicas la temporada de verano en algunas zonas no dura más de ocho semanas.
  • si no se puede acceder a la playa por alguna circunstancia.
  • o cuando la autoridad competente considera que el agua no supone un riesgo para la salud, por ejemplo, si durante cinco años seguidos ha conseguido la calificación de “excelente”.

En situaciones como estas, es importante tener en cuenta que no se realizan controles periódicos y los bañistas no pueden tener conocimiento de la calidad actual del agua.

Existen otras limitaciones en cuanto a los vertidos que no están relacionados con la contaminación fecal. Un ejemplo de esto ocurrió en mayo de 2021, cuando el Ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs en Barcelona decidió cerrar la playa del Litoral debido a posibles niveles de contaminación encontrados en la arena. En este caso, se encontraron residuos de diversas sustancias que se consideran potencialmente cancerígenas: plomo, cobalto, benzopireno, vanadio, molibdeno, níquel y arsénico. Estos residuos superaron los límites permitidos para garantizar la salud humana.

Al final, el Ayuntamiento se vio obligado a prohibir el acceso de los bañistas que seguían acercándose a la playa, ignorando las advertencias en los carteles. En junio de 2022, el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico inició un proceso complejo para descontaminar la zona. Se espera que durante este verano de 2023, después de dos años cerrada, la zona sea reabierta al público.

Con información de consumer.es