Delfines entrenados por la Marina de EEUU podrían salvar las marsopas en peligro de extinción

No será fácil, y puede que nunca hubiese ocurrido si no fuese por una conversación entre dos de los principales expertos en mamíferos marinos, Frances Gulland y Sam Ridgway Gulland es el principal científico en el centro de mamíferos marinos de Sausalito, California y miembro del Comité Internacional para Recuperar la Vaquita. Asimismo, Ridgway es presidente de la Fundación Nacional de Mamíferos Marinos.

La más pequeña marsopa del mundo, la Vaquita, vive sola en el extremo más alto del Golfo de California, en México. Su población fue diezmada por las redes de los pescadores que pescan totoaba, un pez cuya vejiga natatoria se vende entre 18.000 y 25.000 dólares en Hong Kong y posiblemente aún más en China continental, donde se considera como aperitivo y medicamento.

El apetito por las vejigas totoaba ha llevado a la Vaquita al borde de la extinción. A finales de 2015 quedaron alrededor de 60.

El gobierno mexicano impuso una prohibición de redes en la región, pero la pesca continúa ilegalmente.

Una posible solución sería trasladar a los animales, pero los rescatistas primero tendrían que encontrar a las evasivas criaturas.

Gulland, que también es uno de los fundadores en la Marina del Programa de Mamíferos Marinos, discutió con Ridgeway la situación de la Vaquita.

El programa fue lanzado en 1961 para entrenar delfines y buscar anfibios bombarderos en Vietnam. Más tarde, los delfines también fueron entrenados con éxito para buscar minas submarinas.

A Ridgeway se le ocurrió que si los delfines pueden ser entrenados para distinguir un cuerpo humano bajo el agua, tal vez podrían ser entrenados para encontrar una marsopa. De esta manera, compartió la idea con Gulland.

El comité pro Vaquita lanzó entonces la idea al gobierno mexicano y a la Marina Mexicana y pidió oficialmente a la Marina de Estados Unidos que trajera a los delfines para ayudar a localizar a las vaquitas.

Cabe destacar que los delfines serán desplegados en la primavera como parte de un esfuerzo mayor para encontrar las marsopas y trasladarlas a una bahía segura en otras partes del golfo.

Cómo entrenar a los delfines

Gracias a la eco-localización (un sonido natural) los delfines pueden localizar a una persona o a un objeto a cientos de metros de distancia, dijo Jim Fallin, el portavoz del Programa de Mamíferos Marinos de la Marina de Estados Unidos, y pueden ser entrenados de manera similar a los perros. Si el entrenamiento se convierte en un juego con golosinas como premios, participarán algunos delfines.

“Para hacerlo, ellos deben estar interesados porque pueden aburrirse muy rápido”, dijo Fallin. “No puede obligarlos a hacer nada”. El entrenamiento puede tomar hasta cinco años.

Poco a poco, los entrenadores presentan a los delfines tareas cada vez más difíciles. En primer lugar, se les enseña a nadar hacia una persona cercana en el agua. Entonces la persona nadaría cada vez más lejos del delfín, y la tarea sería intercambiar y nadar hacia él, pero no acercarse demasiado. Los delfines están entrenados a no acercarse mucho para no asustar a la Vaquita, ni hacerle daño.

Los delfines pueden diferenciar a una persona de una marsopa o pez, porque estos no tienen pulmones, dijo Fallin. Las criaturas con “sonido” pulmonar son diferentes a los delfines.

Fallin confía en que los delfines, cuatro hembras con mucha experiencia en la Marina, podrán encontrar Vaquitas. Recientemente se ha probado exitosamente en otras especies de marsupiales. Es una tarea difícil, sin embargo, los delfines tendrían que llegar a unos pocos cientos de metros para encontrar a la Vaquita, cuyo territorio abarca hasta 1.600 kilómetros cuadrados.

Incluso si son encontrados y capturados, el destino de la Vaquita está lejos de ser seguro. Existe la preocupación de que las pocas hembras restantes podrían morir durante la captura, condenando a la especie. La cría en cautiverio ha salvado con éxito especies como el lobo rojo y al cóndor de California, pero la Vaquita sólo se ha descrito científicamente desde los años cincuenta y nunca se la ha criado, ni siquiera se mantuvo en cautiverio.

Algunos expertos, como Omar Vidal, director mexicano de World Wildlife Fund, se oponen al plan de captura que, según ellos, podría dañar o incluso matar a las pocas vaquitas que quedan y abrir una pesca ilegal una vez que sean retiradas de su hábitat natural. “Debemos esforzarnos por salvar esta marsopa donde ella pertenece: en un sitio saludable del Golfo Superior de California”, dijo.

Entre los expertos incluyen a Lorenzo Rojas-Bracho, presidente del comité Vaquita, Barbara Taylor, líder del Programa de Genética de Mamíferos Marinos en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, y a Sarah Mesnick del Centro de Ciencias de la Pesca del Suroeste de NOAA; subrayaron que el programa de captura “no debe escatimar esfuerzos ni recursos de extensión y aplicación en la prohibición del uso de red, que sigue siendo la acción de conservación más prioritaria para la especie.

Los veterinarios evaluarán las reacciones de los animales y liberarán a los individuos estresados, escribieron ellos. En caso de muerte, el equipo revaluará la estrategia del santuario.

“Es importante enfatizar que el objetivo del equipo de recuperación es devolver la Vaquita del santuario temporal a un ambiente libre de redes de enmalle”, escribieron ellos.

The Associated Press contribuyó con este informe.

Foto: La vaquita (Phocoena sinus) es una especie de marsopa en peligro crítico de extinción endémica de la parte norte del Golfo de California. Se considera el cetáceo más pequeño y más amenazado del mundo. (Paula Olson a través de NOAA)

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