El regreso de la venta a granel, ¿será un adiós a los envases plásticos?

Cada vez hay más negocios y supermercados que adhieren al movimiento «zero waste»: sus productos no llevan embalaje, y cada cliente decide qué cantidad compra.

En el año 1989, se produjeron 100 millones de toneladas de plástico en todo el mundo. Ya para 2014, esta cifra se había triplicado. Más de la mitad de este plástico es utilizado en productos desechables, de un solo uso, como botellas, bolsas y envases de todo tipo, según los últimos datos de la asociación PlasticsEurope. Ante estas cifras alarmantes, muchos reflexionan sobre la posibilidad de volver a las tradicionales compras a granel.

El año pasado, en promedio, cada ciudadano europeo generó unos 31 kilos de residuos plásticos. Teniendo en cuenta que en el continente habitan más de 700 millones de personas urge tomar medidas.

Si bien el hábito del reciclaje está cada vez más extendido en la conciencia social, aún es un porcentaje menor. La mayor parte de esos más de 20.000 millones de toneladas de plástico (un 60%) terminan, cada año, en vertederos. O en el mar.

En esta sociedad de consumo, de obsolescencia salvaje, de usar y tirar, la mayoría de los productos van envasados, y muchos de ellos, con más plásticos de los que serían necesarios.

Tanto envase podría evitarse si logramos romper con la idea de que es más seguro un alimento recubierto en este material. Algunos supermercados ya demuestran lo contrario: venden sus alimentos a granel, de forma totalmente legal e higiénica y cuentan con todas licencias administrativas necesarias para ello.

Algunas iniciativas están en marcha, como la iniciada recientemente en Reino Unido: la campaña de Change.org para que los supermercados del país dejen de envasar sus frutas y verduras. Ya va por más de 300.000 firmantes.

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Reducir los plásticos y combatir el desperdicio alimentario son algunas de las ventajas de la compra a granel

La crisis también ha jugado un papel en este nuevo movimiento. La manera en que se presenta la tienda Granel Madrid, en el centro de la capital, lo demuestra: «Nacimos con el deseo de poder ofrecer productos de calidad, naturales y próximos, a un precio ajustado, recuperando la venta a granel por las diferentes ventajas que ofrece, desde la posibilidad de comprar tan solo aquello que se necesita hasta la reducción del consumo de elementos plásticos, minimizando así nuestro impacto medioambiental. Además, comprar a granel nos ofrece la posibilidad de probar muchos alimentos al poder adquirirlos en pequeñas dosis, enriqueciendo de esta forma nuestra dieta», dicen sus fundadores.

El supermercado Yes Future, recientemente abierto en Barcelona, sigue el mismo concepto, y se une por tanto al movimiento zero waste (cero residuos), cada vez más extendido a nivel mundial como forma de vida. Tienen incluso surtidores de detergentes biodegradables y respetuosos con el medio ambiente. Lo único que tiene que hacer el cliente es cambiar una parte mínima de su rutina diaria: al ir a hacer la compra, deberá llevarse su propio envase, o bolsa, de casa.

Si bien es difícil de determinar, muchos medios han considerado que las pioneras de este tipo de establecimientos fueron las alemanas Sara Wolf y Milena Gimbovski que, escandalizadas ante la cantidad del exceso de embalaje que llevan las pequeñas compras y termina en la basura (como han declarado en numerosas entrevistas) decidieron montar, en Berlín, Original Uverpackt, un supermercado sin embalajes.

Necesitaban una suma inicial de 50.000 euros para ponerlo en marcha y, tras activar una campaña de micromecenazgo o crowdfunding, antes de lo esperado, obtuvieron en triple. En poco más de dos años, es un negocio floreciente y rentable. La sociedad –sin cuyo apoyo no hubiera nacido el primer supermercado sin envases– tiene una mayor conciencia respecto a los residuos plásticos y, con gestos como la vuelta al granel, se demuestra que ha empezado a darle la vuelta al sistema de consumo.

Ecoportal.net

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