Leonardo DiCaprio “Si yo fuera presidente…”

«No demos este planeta por sentado», advirtió en 2016 DiCaprio al recibir su primer Oscar por su interpretación en El renacido, dirigida por Alejandro González Iñárritu. El actor pasó prácticamente un año de rodaje a caballo entre las montañas rocosas canadienses y la Patagonia argentina, con unas condiciones climatológicas de extrema dureza.

P.- A día de hoy, ¿qué te mueve y apasiona más: tu carrera como actor o la defensa del medio ambiente?

R.- Me apasionan ambas facetas, pero en este momento la cuestión del medio ambiente es primordial y está antes que cualquier forma de expresión artística. Hay cosas que tienen que cambiar y tienen que hacerlo ya; de lo contrario, es posible que seamos la generación más vilipendiada de la historia. La cuestión de la ecología para mí es vital. Es vital para todo el mundo. Por desgracia, nuestros gobiernos y corporaciones no tomaron las medidas necesarias para proteger los recursos naturales de nuestro planeta. La naturaleza me fascinó siempre, desde niño. De hecho, en una época quería ser biólogo marino. Supongo que por eso, cuando no hago películas, me ocupo mucho más de mi vertiente ecologista y trato de hacer públicas cuestiones que me parecen de enorme relevancia.

Fue el vicepresidente de Estados Unidos entre 1993 y 2001 quien hizo del actor un concienzudo militante. «A finales de los noventa conocí a Al Gore, quien cambió mi vida. Él me educó, me explicó qué es el calentamiento global, cómo contribuimos a él. Su película, Una verdad incómoda, me produjo un profundo impacto».

Acaso el presente, lo real, sea el argumento más terrorífico al que se enfrenta no solo el actor sino cada uno de nosotros. «La tragedia es que vivimos en un mundo de extinciones. Podríamos perder entre un tercio y la mitad de las especies del planeta en los próximos cincuenta o cien años. Pero la auténtica especie en peligro de extinción somos nosotros. El planeta sobrevivirá, pero la humanidad posiblemente no. El error fundamental que hemos cometido como especie es pensar que somos seres independientes de la naturaleza. Ella nos creó. Por eso hay que respetar sus reglas de juego. Hay que aprender de nuevo a jugar. Como civilización nos encontramos en un punto crucial».

Al Gore, pero también Clinton. Hace algunas décadas, DiCaprio participó en un programa especial de la cadena ABC (una de las cuatro grandes en Estados Unidos, propiedad de Disney) en el que entrevistó al entonces presidente norteamericano a propósito de cuestiones relacionadas con el medio ambiente. Cosechó numerosas críticas por la falta de rigor periodístico. DiCaprio asistió en calidad de presidente de la asociación medioambiental Earth Day. «A partir de ese programa, me di cuenta de que, a pesar de que el noventa por ciento de los científicos y de los Premios Nobel explican con claridad la dramática situación del planeta, hay un diez por ciento de gente que lo niega, y uno tiene que preguntarse de dónde obtienen la información y quién la financia. Cuando hice aquel especial televisivo nadie creía de lo que se estaba hablando, pensaban que eso de que la temperatura global aumentaría peligrosamente era tan probable como que un meteorito impactase contra la Tierra y nos matase a todos».

Pero Estados Unidos ha cambiado peligrosamente demasiado desde aquel programa. Si DiCaprio trabajó junto a Clinton, Al Gore y Obama en la lucha contra el cambio climático, Donald Trump es el reverso siniestro de la Casa Blanca en este asunto. No solo ha sacado al país del Acuerdo de París, sino que no pierde ocasión alguna para mofarse de lo que considera atrabiliarias amenazas climáticas. «Me encantaría ser presidente de Estados Unidos para cambiar nuestras políticas. Nos estamos quedando atrás. Somos los que más contribuimos al calentamiento global, representando tan solo el cinco por ciento de la población mundial. Aprovecharía la presidencia para que este país invirtiera cuanto hiciera falta en tecnología verde. Conseguiría aprobar unas cuantas leyes y después me volvería a casa…», nos revela DiCaprio.

Ya lo dijo algunas líneas más arriba: de no ser actor, se hubiera dedicado a la Biología: «O hubiese trabajado en algo que tuviera que ver con la ciencia y con los animales». Pero se cruzó primero el cine. «En la vida tienes que estar preparado para cuando aparezca tu oportunidad, y la mía fue This boy’s life. Aunque si no hubiese vivido en Los Ángeles, si mi madre no me hubiese llevado a tantas audiciones cuando yo era niño, no se hubiera presentado esa oportunidad. También se trata de estar en el lugar correcto a la hora exacta».

«Las tribus indígenas luchan no solo por su supervivencia, sino por la biodiversidad que existe en sus tierras»

Siempre quiso interpretar a Spiderman, su superhéroe favorito. Pero consideraron que su gran amigo Tobey Maguire daba mejor el perfil. Rechazó protagonizar el musical Moulin Rouge, porque no confiaba en sus dotes como cantante, papel que finalmente interpretó Ewan McGregor. Y declinó enfundarse en la piel del psicópata de American psycho por considerarlo perjudicial para su carrera. «Desde que empecé a trabajar en esta industria, cuando tenía 13 años, soñaba con seguir haciendo películas toda mi vida. Cuando hice mi primer anuncio para televisión supe que eso era exactamente lo que quería hacer el resto de mis días. Después me di cuenta de que el cine es un arte tan legítimo como la escultura o la pintura. Y siento mucha curiosidad por saber qué películas sobrevivirán de aquí a mil años. Me encantaría haber participado en alguna de ellas. Ese es mi sueño».

No es difícil que se cumpla ese deseo. Además de haber trabajado con inmensos actores (Robert De Niro, Johnny Deep, Gene Hackman, Kate Winslet, Jeremy Irons, Gerard Depardieu o John Malkovich), ha estado a las órdenes de algunos de los grandes directores de la historia del cine (Martin Scorsese, Woody Allen o Steven Spielberg). De ser un ídolo juvenil a labrarse una carrera profesional incontestable. «Siempre me tomé con seriedad lo de ser actor. Interpretando mi primer papel serio, en This boy’s life, me dediqué a estudiar a los otros actores, particularmente a De Niro. Viniendo de la televisión y viendo la enorme intensidad que él pone en cada personaje, fue algo que cambió mi manera de pensar y me condicionó para siempre».

Por Gabriel Lerman . Sigue si quieres ver la entrevista completa

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