Pequeños bosques urbanos podrían ser un arma secreta contra el cambio climático

Estos pequeños bosques urbanos, ya que pueden implantarse en las ciudades, pueden generar 100 veces más biodiversidad.

Los bosques urbanos pueden definirse como redes o sistemas que comprenden todos los bosques, grupos de árboles y árboles individuales ubicados en áreas urbanas y periurbanas; incluyen, por tanto, bosques, árboles en las calles, árboles en parques y jardines, y árboles en rincones abandonados. Los bosques urbanos son la columna vertebral de la infraestructura verde, uniendo áreas rurales y urbanas y mejorando la huella ambiental de una ciudad.

La silvicultura urbana y periurbana (UPF) puede definirse como un enfoque integrado, interdisciplinario, participativo y estratégico para la planificación y gestión de los recursos arbóreos en áreas urbanas y periurbanas por sus beneficios económicos, ambientales y socioculturales. En términos prácticos, la UPF puede consistir en plantar árboles donde nunca antes existían, en mejorar la vegetación natural existente o en armonizar la expansión urbana en espacios verdes. Los recursos arbóreos urbanos y periurbanos, que comprenden árboles individuales dispersos, pequeños grupos de árboles y bosques, contribuyen a la infraestructura verde, es decir, sistemas ecológicos naturales o diseñados que conservan los valores y funciones de los ecosistemas.

El alcance del enfoque de la UPF permite unir la gestión de un solo árbol – la perspectiva de la arboricultura – con una gestión a escala de ecosistema de la infraestructura verde urbana que incluye consideraciones tales como cuencas municipales, hábitats de vida silvestre, oportunidades de recreación al aire libre, diseño del paisaje, reciclaje de desechos y recolección de productos arbóreos. En este sentido, la UPF representa la fusión de diferentes disciplinas: arboricultura, horticultura ornamental, silvicultura, arquitectura del paisaje, urbanismo y diseño, ciencias medioambientales, etc. Por su particularidad, la UPF afronta retos específicos que la diferencian de la silvicultura convencional. Más informacion FAO (en inglés)

Los bosques urbanos proporcionan servicios ecosistémicos clave, como filtrar el aire y el agua, que son esenciales para las comunidades humanas saludables en las ciudades donde la contaminación del aire y la gestión del agua pueden representar riesgos para la salud pública.

En contraste con los paisajes forestales expansivos, en una ciudad, las agrupaciones pequeñas o incluso los árboles individuales pueden proporcionar beneficios económicos, ambientales, sociales y de salud medibles para las poblaciones urbanas.

Los árboles también pueden ayudar a las comunidades urbanas a adaptarse a las amenazas que se ven agravadas por el cambio climático: proporcionando sombra y bajando la temperatura ambiente durante las olas de calor; reducir el riesgo de inundaciones en caso de fenómenos meteorológicos extremos; e incluso limitar el desarrollo de ozono a nivel del suelo, que puede provocar una contaminación atmosférica tóxica.

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