Sustituir la ganadería para reducir las emisiones globales

Es un hecho que la ganadería es una de las principales actividades humanas que contribuyen al cambio climático. La producción de carne, leche y otros productos animales requiere grandes cantidades de recursos, como tierra, agua y energía, y genera emisiones de gases de efecto invernadero, como el metano y el dióxido de carbono.

Según un estudio publicado en la revista Nature Communications, si de aquí al 2050 cambiamos el 50 % de los productos animales por otros de origen vegetal se reduciría un 31 % los gases de efecto invernadero que emite el sector agrícola y ganadero. Además, esta medida ayudaría a detener la degradación de bosques, ya que la ganadería es una de las principales causas de deforestación.

En concreto, el estudio estimó que el cambio dietético podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 31 %, la contaminación del aire en un 29 % y la contaminación del agua en un 18 %. Además, el estudio estimó que el cambio dietético podría ayudar a conservar alrededor de 60 millones de hectáreas de bosques.

Por supuesto, este cambio no sería fácil de implementar, ya que requeriría cambios significativos en nuestros hábitos alimenticios. Sin embargo, es una medida necesaria si queremos reducir nuestro impacto en el medio ambiente.

Reconquistar terreno para los bosques

La reforestación de las tierras liberadas de la producción ganadera podría tener un impacto significativo en la mejora del medio ambiente. Los bosques desempeñan un papel fundamental en la regulación del clima, la protección de la biodiversidad y la provisión de servicios ecosistémicos.

El estudio estima que la reforestación de las tierras liberadas de la producción ganadera podría doblar los beneficios climáticos y reducir a la mitad el futuro declive de la integridad de los ecosistemas de aquí a 2050. Estos beneficios serían posibles si la reforestación se lleva a cabo de forma sostenible, teniendo en cuenta la diversidad forestal y los servicios ecosistémicos que los bosques proporcionan.

La superficie restaurada podría contribuir hasta en un 25 % a las necesidades mundiales estimadas de restauración de tierras que se plantean para 2030 en el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal de la Conferencia de las Partes (COP) del Convenio sobre Diversidad Biológica. Esto es un gran logro, ya que la restauración de tierras es una de las principales prioridades para la conservación de la biodiversidad y la mitigación del cambio climático.

Transición y adaptación de la ganadería

Los autores del estudio reconocen que el ganado es una valiosa fuente de ingresos y alimento para los pequeños agricultores de los países en desarrollo. La ganadería puede proporcionar una fuente de ingresos estable y segura, y puede ayudar a los agricultores a diversificar sus ingresos. Además, la ganadería puede tener importantes funciones culturales en estas comunidades.

Sin embargo, también es cierto que el cambio climático amenaza los medios de subsistencia de estos pequeños ganaderos. El cambio climático está provocando cambios en los patrones climáticos, que pueden afectar a la producción de alimentos y al bienestar del ganado. A la vez que está provocando la degradación de los recursos naturales, como el agua y el suelo, lo que dificulta la producción ganadera.

Por lo tanto, es importante encontrar formas de reducir el impacto ambiental de la ganadería sin perjudicar a los pequeños agricultores.

Con una acción política y de gestión rápida y eficaz, es posible lograr una transición del sistema alimentario que sea socialmente justa y sostenible.

¿Qué hacer como consumidores?

Eva Wollenberg, coautora del estudio, afirma que se necesita mucho más que el “Lunes sin carne” para reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero que impulsan el cambio climático. El estudio al que hace referencia muestra que un cambio dietético hacia una dieta más basada en plantas podría tener un impacto significativo en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la mejora de la calidad del aire y el agua, y la conservación de los bosques.

Las “carnes” vegetales no son solo un producto alimentario novedoso, sino una oportunidad decisiva para alcanzar objetivos de seguridad alimentaria y climáticos, al tiempo que se logran otros de salud y biodiversidad en todo el mundo. Sin embargo, estas transiciones suponen un reto y requieren una serie de innovaciones tecnológicas e intervenciones políticas.

  • Comer menos carne y más verduras, legumbres y frutos secos.
  • Elegir carnes más sostenibles, como el pollo y el pescado de cultivo sostenible.
  • Consumir productos animales de origen local, para reducir la huella de carbono.
  • Preparar nuestras propias comidas en casa, para tener un mayor control sobre los ingredientes.

Además, para promover la transición hacia una dieta más basada en plantas habría que:

  • Educar a las personas sobre los beneficios ambientales y de salud de una dieta basada en plantas.
  • Hacer que las “carnes” vegetales sean más accesibles y asequibles.
  • Apoyar la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías para la producción de “carnes” vegetales.
  • Adoptar políticas que incentiven la producción y el consumo de “carnes” vegetales.

Si todos hacemos nuestro esfuerzo para reducir nuestro consumo de productos animales, podemos contribuir a proteger el medio ambiente y asegurar un futuro sostenible para todos.

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Con información de: https://www.agenciasinc.es/