Las nuevas formas de ser consumidores responsables implican también el cuidado del cabello.
Una nueva técnica llamada "no poo" propone abandonar el shampoo convencional y reemplazarlo por sustancias naturales.
Mitos sobre esta nueva tendencia
La tendencia mundial hacia una vida más saludable comprende el alimentarnos de manera más natural, dejar de lado los agroquímicos, usar menos plástico y reciclar.
De hecho, cada vez son más las personas que eligen una manera de vivir sustentable y ecofriendly.
Esta tendencia también ha alcanzado a los productos de cuidado personal y cosmética.
En lo que hace al tema shampúes, la novedad reside en incorporar a la rutina de lavado los que contengan menos componentes químicos, evitando los que resulten dañinos para el cuero cabelludo y el medio ambiente.
En esta escalada por buscar lo más saludable, hay quienes adhieren a la onda “no poo” o “no shampoo”, es decir, reemplazar el shampoo por el uso de bicarbonato, vinagre, aceites esenciales o solo acondicionador o bálsamo.
Sin embargo, los especialistas no están tan de acuerdo. “Una de las funciones del shampoo es eliminar la grasa que producen las glándulas sebáceas y que es fuente de microorganismos que favorecerían infecciones, como el pitirosporum ovale, que produce pitiriasis y otras infecciones”, explica la Dra. Velia Lemel, dermatóloga.
Por eso, creer que menos producto significa menos grasa, según afirma la especialista, es un error.
“La mayor o menor cantidad de grasitud y seborrea es determinada por factores hormonales y no por la frecuencia del lavado o el uso del shampoo. Por el contrario, muchas veces usamos estos productos como tratantes para patologías del cuero cabelludo, como eccemas, psoriasis o seborrea”, concluye.
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