“¿Hasta cuándo?”

Un país bombardea dos países. La impunidad podría resultar asombrosa si no fuera costumbre. Algunas tímidas protestas dicen que hubo errores. ¿Hasta cuándo los horrores se seguirán llamando errores?

Derecho al delirio

Soñando un año nuevo, soñando un mundo más noble.
El siguiente es un extracto de “El derecho al delirio” de Eduardo Galeano que aparece en un libro publicado en 1998 titulado “Patas arriba. La escuela del mundo al revés”. No parece tener fecha de caducidad y cobra mucha más fuerza, si cabe, en nuestros días.

Los pecados de Haití

Estados Unidos invadió Haití en 1915 y gobernó el país hasta 1934. Se retiró cuando logró sus dos objetivos: cobrar las deudas del City Bank y derogar el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a los extranjeros. Entonces Robert Lansing, secretario de Estado, justificó la larga y feroz ocupación militar explicando que la raza negra es incapaz de gobernarse a sí misma, que tiene “una tendencia inherente a la vida salvaje y una incapacidad física de civilización”. Uno de los responsables de la invasión, William Philips, había incubado tiempo antes la sagaz idea: “Este es un pueblo inferior, incapaz de conservar la civilización que habían dejado los franceses”.

El imperio del consumo

El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Esta civilización no deja dormir a las flores, ni a las gallinas, ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidas a luz continua, para que crezcan más rápido. En la fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida la noche. Y la gente está condenada al insomnio, por la ansiedad de comprar y la angustia de pagar.

Los valores sin precio, por Eduardo Galeano en el FSM 2003

En estos días están ocurriendo, en muchos países a la vez, numerosas manifestaciones populares contra la vocación guerrera de los amos del planeta. En las calles de muchas ciudades, esas manifestaciones dan testimonio de otro mundo posible. El mundo tal cual es, transpira violencia por todos los poros y está sometido a una cultura militar que enseña a matar y a mentir.

“S.O.S” por Eduardo Galeano

Se pelan los bosques, la tierra se hace desierto, se envenenan los ríos, se derriten los hielos de los polos y las nieves de las altas cumbres. En muchos lugares la lluvia ha dejado de llover, y en muchos llueve como si se partiera el cielo.