10 maneras fáciles de reducir el uso de plásticos en 2019
‘Retire la película adhesiva y cambie a jabón’: 10 maneras fáciles de reducir el uso de plásticos en 2019 Sandra Laville explica por … Leer Más
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En mayo de 2019, se cumplirán tres años de un profundo cambio de vida, para la joven mexicana, Gaby Baeza. Su estilo de … Leer Más
El reportaje “La era del plástico” de Equipo de Investigación habla de los efectos sobre la salud de los disruptores endocrinos empleados como aditivos habituales del plástico.
El plástico es un material que se usa en innumerables productos y aplicaciones. Desde que se inventó hace ya más de un siglo, este material se ha convertido en el elemento principal a la hora de fabricar juguetes, muebles, utensilios de cocina, calzado, etc.
Los belgas la tiran en bolsas de 2 euros y los japoneses doblan tetrabriks. Así reciclan en cada país del mundo
¿Es posible no generar residuos? Ésto es lo que se plantearon Richard y Rachelle Strauss y si bien no lo han conseguido de un modo literal, podemos pensar que sólo generar una bolsa de basura al año es bastante parecido a no generar nada. La clave la reutilización, el reciclaje y el compostaje
De acuerdo con la UFC-Que Choisir, Unión Federal de los Consumidores en Francia, la gestión de los residuos es cada vez más cara, pero sin embargo, no es más eficaz. La asociación afirma que la facturación para el tratamiento de residuos ha pasado de ser 5,25 a 6,25 millones de euros.
La tasa de recuperación de los envases es del 7% pero se espera que aumente con la próxima adecuación de las instalaciones. En la actualidad, todos los envases de cartón ( tetrapak ) recolectados en Panamá se envían al molino de Kimberly Clark en El Salvador para ser reciclados, hasta transformarlos en papel toalla, servilletas o papel higiénico.
¿Qué pasaría si pudieras vivir sin generar basura? ¿Lo harías? Quizás pienses que no es posible, pero esta joven ya lleva dos años sin generar basura y quiere compartir su experiencia con el resto del mundo para que aprendan que reducir drásticamente nuestros desechos no es tan difícil como se cree –de hecho ya vimos el caso del restaurante sin basura que es un éxito–.
Todas las naciones de América Latina, presentan cifras alarmantes y desalentadoras en la práctica del reciclaje. Ningún país supera el 15% de material reciclado por la basura que producen al año. Vemos que Chile lidera la generación de residuos sólidos en Latinoamérica, con 16,9 millones de toneladas anuales, y ni siquiera llega al 10% en la recuperación de los desechos que deberían ser reutilizados. Sin embargo, nos alegra saber que la Cultura del Reciclaje se empieza a retratar en las voces de los jóvenes latinoamericanos, quienes serán los agentes de cambio en busca de un futuro idóneo para la Tierra.
Alrededor de 100.000 animales marinos como pingüinos, ballenas, tortugas, focas, peces, marsopas, aves marinas y delfines mueren cada año debido a la ingesta de bolsas plásticas que se han convertido en basura y que llenan mares y océanos y lo peor es que una vez que su víctima ha muerto y se descompone, la bolsa plástica no se degrada y vuelve a ser un elemento mortal para otros animales.
En muchos países hay movimientos sociales que han implementado verdaderas campañas con el objetivo de reinstalar la bolsa de tela para hacer las compras. Han tenido una aceptación extraordinaria en muchas partes. Pero la opción más factible y al alcance de la mano es la del comportamiento humano.
Se estima que cada habitante de América Latina y El Caribe produce entre medio y un kilogramo de basura por día. La cultura del derroche debería ser poco a poco sustituida por una conciencia del mundo más amplia que abarque también a nuestros deshechos. Para empezar, nuestro personal kilo diario de basura tendría que ir reduciéndose progresivamente a la mínima expresión mediante el consumo racional.
El plástico es el signo principal de estos tiempos industriales y de consumo, sustituto de todos los valores que nos hacen humanos, para convertirnos en seres superficiales, carentes de historia, obsoletos, ablandados y moldeados por el calor de las guerras.