El gobierno argentino ofrece a las trasnacionales sitios donde la ley prohíbe la minería
En búsqueda de inversiones, hizo una lista de 126 posibles yacimientos en once provincias.
En búsqueda de inversiones, hizo una lista de 126 posibles yacimientos en once provincias.
Pese a ser América Latina una región bendecida con abundantes riquezas naturales, la explotación de esos recursos se convierte en una maldición que atrapa a los países en dinámicas de las que es muy difícil salir, que benefician a las élites y marginan y criminalizan a los directamente afectados; los campesinos y los pueblos indígenas, los más pobres y vulnerables que se resisten a ser despojados de sus territorios.
Mientras mutaban según épocas y conveniencias entre "anti y pro mineros", Maza y Herrera vinieron otorgando en silencio permisos de acceso para tránsito pesado de equipos, tóxicos, explosivos y demás linduras de la empresa Barrick Gold a través de caminos del sudoeste riojano, pasando por la mítica Escuelita del Zapallar donde sembró su luz el gran maestro Don Felipe Dávila, con destino al mega proyecto binacional Pascua Lama en la alta cordillera de San Juan. Un hecho que parece salido de la anticipación genial de la narrativa de Daniel Moyano en su inolvidable novela "Tres Golpes de Timbal", recientemente reeditada en Córdoba.
Porque la mega minería saquea y contamina. Porque ya hay mas de 30 emprendimientos mineros en La Rioja. Porque ya comenzó el plan nuclear y el uranio es radiactivo y mata. Porque ya Guandacol está contaminado. Porque ya están usando el agua de Huaco que todos bebemos. Porque ya se sancionó la ley 8.388 de infraestructura hídrica en Famatina para darles nuestra agua a las mineras. Porque ya destruyeron la cascada Aberastain en Juan Caro. Porque ya se expropiaron miles de hectáreas para la explotación minera. Porque ya Catamarca está contaminada y pobre, luego de 12 años de explotación. Por esto y más…los riojanos decimos No a los proyectos mega mineros. Sí al agua. Si a la vida.
Los pueblos de Famatina y Chilecito se oponían enérgicamente los proyectos mineros con claros e indiscutibles fundamentos: 1) saqueo, 2) contaminación y 3) destrucción territorial. La oposición se extendio por toda la provincia y nacieronn en ciudades, pueblos y parajes, las Asambleas Ciudadanas, organizaciones horizontales sin partidismos políticos, sin pertenencias religiosas, sin distinciones sociales ni laborales, financiadas con el aporte voluntario de sus integrantes, con un único objetivo: EL FAMATINA NO SE TOCA. La Barrick se fue porque la echó el pueblo de Famatina, como Facundo echó a los ingleses en el siglo XIX, y sabemos que quieren regresar para robarnos nuestras riquezas con la complicidad de los gobiernos nacional y provincial.
Al Famatina “hay que tocarlo” para eliminar la contaminación y solucionar el tremendo pasivo ambiental acumulado en siglos de explotación sin control, darle el valor como reserva natural, fuente de alimentación y recarga del recurso hídrico, proteger el glaciar y la cuenca hídrica por la contaminación natural y por la contaminación originada por la actividad minera durante toda su historia sin control y sin realizar ninguna remediación del pasivo ambiental.
El bajo costo y la extendida aplicación de la lixiviación de cúmulos, la carrera por nuevos yacimientos y la flexibilidad general de la Ley Minera y de los responsables gubernamentales, dan lugar a una peligrosa sinergia. Centenares de regiones silvestres y rutas de paso de la vida silvestre son vulnerables a la minería de oro a cielo abierto, gracias a la lixiviación con cianuro.
En los últimos años, gracias a la constante prédica y al esfuerzo de algunos ambientalistas para que la población que habita las regiones cercanas a las minas tome conciencia de lo que puede esperarles, mucha gente comenzó a autoconvocarse y a realizar asambleas en diversas zonas. Esa reacción fue extendiéndose hacia otras provincias.
El Informe de Impacto Ambiental, de la minera canadiense Barrick Gold Corporation, dice que la explotación minera de la zona “no debe interpretarse de manera competitiva con otras actividades,” sino más bien “como la única y exclusiva alternativa productiva.” Barrick sabe que el agua no alcanza para todos y afirma sin rodeos que hay que dedicarse sólo a la minería.
A escasos mil metros de la cima, eternamente nevada, Barrick Gold Corporation se apresta a explotar los restos diseminados de oro y plata de la vieja mina inglesa La Mejicana. Los pueblos de Chilecito y Famatina se organizan para impedir que desaparezca el único curso de agua que reciben de la precordillera andina.