El autoconsumo se contagia de barrio a barrio en Valencia

En Benimaclet cultivan huertos urbanos, en El Carmen extienden los pulmones verdes a las terrazas, en Patraix difunden alimentos ecológicos cultivados en terrenos valencianos, en Velluters aprovechan solares para crear vida y así lo persiguen los vecinos de Marítimo-Ayora… Y ahora vecinos de La Malvarrosa se suman a esta corriente solidaria, respetuosa con el medio ambiente y crítica con el contexto histórico y económico por el que los ciudadanos pasamos: nace una nueva fórmula bautizada grupo de Consumo Responsable.

¿Qué es la soberanía alimentaria ?

Comer: masticar y desmenuzar el alimento en la boca y pasarlo al estómago, según la definición de la Real Academia Española. Comer, sin embargo, es mucho más que tragar alimentos. Comer de manera sana y consciente implica preguntarse de dónde viene lo que consumimos, cómo se ha elaborado, en qué condiciones, porque pagamos un determinado precio.

Huertos urbanos y la crisis alimentaria global

Mientras los campesinos por todo el mundo sufren los efectos de esta ofensiva corporativa contra la agricultura tradicional, son los pobres urbanos quienes sufren los más agudos riesgos de desnutrición en esta crisis alimentaria. Su alimentación y nutrición es completamente dependiente de la industria alimentaria mientras sus sueldos no suben al ritmo suficiente como para evadir el hambre. Es claro que necesitamos soluciones alternativas. Grupos comunitarios en incontables ciudades han comenzado huertos urbanos en los barrios pobres y ofrecen una alternativa nutricional para quienes sobreviven comiendo postres callejeros y comida chatarra.