El amianto en España: estado de la cuestión

El amianto es eterno: dura más que cualquier sustancia atómica en desintegración. Es letal: lo mismo que muchos elementos radioactivos. Es invisible, incoloro, inodoro, e insípido: igual que las radiaciones alfa. Es ubicuo y por su tamaño y liviandad puede quedar suspendida en el aire o en el agua y trasladarse aleatoriamente de acá para allá. Iba para mineral milagroso como la energía nuclear, y ha acabado en un enemigo “número uno” de la especie humana.

Desmontando a S. Schmidheiny. Los crímenes con amianto: de la multinacional Eternit a la fundación Avina

Ensayo sobre la mayor catástrofe industrial y laboral del siglo XX: el amianto. Un recorrido por los orígenes de esta industria, los estudios científicos realizados sobre la toxicidad de este material, las grandes fortunas creadas con su comercio internacional, (con especial atención a Stephan Schmidheiny), las miles de víctimas que a día de hoy siguen sufriendo sus efectos, los juicios que se siguen contra los responsables de estos hechos, y los intentos que estos mismos grandes empresarios realizan para lavar su imagen mediante la creación de fundaciones y organizaciones benéficas de carácter medioambiental. En resumen, una demoledora biografía de una de las grandes fortunas del mundo.

La Triple A: Amianto, Avina, Ashoka

El pasado 10 de diciembre comenzó en Turín (Italia) el mayor juicio de la historia por las muertes del amianto. Un proceso judicial por el que los dos altos dirigentes y propietarios la empresa Eternit, el barón belga Louis de Cartier de Marchienne, y el millonario suizo Stephan Schmidheiny, comparecerán acusados de causar la muerte y graves enfermedades a miles de sus trabajadores y familias. Schmidheiny puso a buen recaudo su fortuna -labrada en la producción y venta de esta “fibra asesina”- con organizaciones ‘filantrópicas’ como Avina y Ashoka, y usa estas organizaciones para lavar su imagen haciendo negocios con los pobres e infiltrándose en los movimientos sociales.

DBCP: Un Artefacto Químico que sigue Estallando

En 1969, el DBCP desembarcaba en Centroamérica a través de la transnacional agroexportadora Standard Fruit Company [4] , que aplicaría el producto en sus feudos y fincas bananeras. Los afectados siguen buscando justicia. Llevan 22 años. En Estados Unidos lo han intentado 26.000 trabajadores, en cerca de 470 procesos.