Quieren sus tierras. Detrás de la campaña antimapuche, el verdadero objetivo

Un bombardeo mediático que apunta instalar nuevamente, como hace 150 años, la idea de que los pueblos originarios son salvajes y violentos. Todo a base de mentiras y burdas generalizaciones. La desaparición de Santiago, y la indiferencia oficial, pareciera dar el mensaje de que cualquier joven de la ciudad debe pensar bien antes de solidarizarse con las causas indígenas.

Qué hay detrás de la campaña antimapuche: extractivismo, medios y un genocidio que no termina

“Los indígenas no aceptamos el extractivismo. Y vamos a morir luchando contra las mineras, petroleras, empresas transgénicas. Por eso nos consideran un peligro”. Los líderes mapuches se defienden y contestan los discursos que los tratan de separatistas, terroristas o cosas peores. “La plurinacionalidad no es una propuesta separatista ni excluyente. Por el contrario, es una herramienta para la unidad en la diversidad”. Se encargan de explicar lo que – parecía- ya estaba dado: la propia legislación argentina reconoce los derechos de los pueblos originarios. Pero no se cumple. Por qué: las presiones de terratenientes y empresas como Benetton. La operación de los medios. El rol del modelo económico. Y un genocidio que no termina.

La otra campaña: cómo es el plan contra los pueblos originarios

Desalojos y represión contra pueblos originarios. Cárcel a sus referentes y militarización de territorios. Leyes que se violan y empresas extractivas que avanzan con complicidad política y judicial. Políticas de Estado contra los pueblos indígenas. Y comunidades que resisten. Cómo es el plan sistemático contra los pueblos originarios.

Gracias a un Multimillonario se juntan los vecinos

Un empresario inglés quiere construir un lugar turístico para los ricos. Eso afectaría la existencia de los habitantes de la Comarca Andina. A pesar de los incendios y las amenazas los habitantes siguen luchando contra el proyecto de loteo. Una visita a El Bolsón muestra como los vecinos se vuelven a encontrar, en parte gracias a las agresiones de afuera. *