“Autosustentables”, la película
Frente al aterrador desinterés de los gobernantes por revertir la destrucción medioambiental, crecen en el mundo propuestas ciudadanas de cambio y resistencia. En … Leer Más
Frente al aterrador desinterés de los gobernantes por revertir la destrucción medioambiental, crecen en el mundo propuestas ciudadanas de cambio y resistencia. En … Leer Más
Si la indígena Berta Cáceres, fundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, quien obtuvo el Premio Ambiental Goldman para América del Sur y América Central 2015, deja una enseñanza, es que para defender el ambiente hay que apoyarse en los movimientos sociales.
El modelo educativo actual que se desarrolla en nuestra Latinoamérica y el mundo, responde al modelo económico y político de acumulación que en los últimos 25 años ha aumentado la riqueza en manos de un menor número de personas, donde el 1% de las familias del mundo posee el 46% de la riqueza mundial.[1] Con sus claras excepciones en Latinoamérica, especialmente en el Sur donde hay esfuerzos importantes para cambiar las grandes desigualdades sociales que imperan en el mundo.
La Fundación Desarrollo Sostenible pone en marcha una iniciativa para que familias y pequeñas empresas se den de baja en el recibo e instalen placas solares para producir su propia luz de forma independiente y legal, sin conexión a la red tradicional. Los costes por instalación oscilan entre los 12.000 y 24.000 euros, amortizables en ocho años.
“La tierra y las mujeres no somos territorios de conquista”. “Nosotras somos ricas, tenemos lo que quieras del territorio: cazamos y pescamos, y hay toda clase de hortalizas. ¿Qué pobres vamos a ser? No tener naturaleza es ser pobre”
Al igual que otras organizaciones del gran capital (Bill y Melinda Gates, Rockefeller, Soros, USAID, etc.) quieren dos cosas: ampliar sus negocios y buscar legitimidad entre las mayorías de las poblaciones sometidas a sus intereses y extorsión. Pero además cumplen otra función: la de penetrar a los movimientos sociales de resistencia, más o menos anticapitalistas y alternativos, para tratar de moldearlos.
La construcción de redes “contrahegemónicas” se convierte en un aspecto prioritario, en un desafío, las alianzas a nivel local, regional, nacional e internacional son necesarias, al igual que una “transnacionalización de los movimientos sociales”, sobretodo en aquellos países donde los daños al medio ambiente se están concentrando en zonas transfronterizas.
El sistema necesita con urgencia, además de su plan A (seguir con los negocios como lo hace habitualmente: business as usual), un plan B (la conquista del alma de las gentes y de las resistencias sociales). Pues tampoco es tan poderoso como aparece a primera vista, porque si lo fuera no tendría necesidad de invertir tantos millones de dólares en Responsabilidad Social Corporativa (RSC), lavado verde, lobbying, publicidad y clientelismo a través de ONGs leales a sus intereses.
Paco Puche analiza en profundidad en este artículo a la Fundación Ashoka, para consolidar su tesis de que, al igual que sucede con una institución homóloga, Avina, es una organización que bajo una apariencia benéfica está al servicio de las grandes empresas capitalistas y está especializada en recopilar información sobre reformadores sociales “con vistas a hacer, a la vez, más negocios y de camino eliminar las resistencias. Están intentando la cuadratura del círculo: ser, simultáneamente, saqueadoras y benefactores de sus damnificados”.
Supongamos que no lucháramos contra el capitalismo. Tarde o temprano el sistema igualmente colapsaría ya sea desde el punto de vista ambiental, financiero o social. El modo de extracción de los recursos y la acumulación de capital no son sustentables en sí mismos lo que llevaría a un agotamiento tal que los recursos del planeta no darán para más. Esto pareciera una invitación a cruzar los brazos y esperar su colapso. No. No es así. Con mayor razón nos lanza a buscar acabarlo antes de que nos acabe, antes de que nos deje sin nada sobre qué construir otra vida que garantice la felicidad para toda la humanidad.
Pese a proclamarse socialista y defender el "buen vivir", el presidente Rafael Correa impulsa la gran minería a cielo abierto, que en toda la región viene provocando graves daños ambientales y sociales. Ecuador nunca había sido un país minero. En toda la región andina la minería ha provocado la contaminación de las fuentes de agua que amenaza la sobrevivencia de miles de comunidades, hecho que está en la base del nacimiento de una nueva generación de movimientos sociales.
"Es necesario cambiar radicalmente la política alimentaria", opina la organización GRAIN. "Desde hace varios meses, una verdadera tormenta por el alza del costo de los alimentos en todo mundo" se ha desatado. En algunos países los gobiernos ya están recurriendo a las organizaciones campesinas para trabajar con ellas en la reformulación de sus políticas agrícolas. Otros están comenzando a cuestionar el argumento fundamental de impulsar una mayor libertad de comercio.
Entrevista con Nila Heredia, médico cirujana, internista, especialista en salud comunitaria y profesora de la Universidad de La Paz. Desde inicios del 2006 hasta enero del 2008 se desempeñó como Ministro de Salud del Gobierno de Evo Morales, participando en la elaboración del programa que enarboló el Movimiento Al Socialismo de cara a las elecciones del 2005.
La tendencia actualmente dominante, impuesta desde hace unos 25 – 30 años, consiste en la continuación de la ofensiva capitalista neoliberal e imperialista. En los últimos años, esta tendencia se manifiesta en el recurso cada vez más frecuente a la guerra imperialista. Estas políticas se aplican tanto en los países más industrializados como en los países en desarrollo.