Tesla instala energía solar en el Hospital Infantil de Puerto Rico
A fines de septiembre, Puerto Rico fue devastado por el huracán María, una tormenta de Categoría 4 que eliminó el 85 por ciento … Leer Más
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Los cultivos transgénicos traen consigo enormes riesgos a la ecología, biodiversidad, la agricultura y la salud humana, no sólo de los consumidores sino también de los trabajadores de la agricultura y de las comunidades cercanas a estas siembras- además de peligros de tipo político, económico y cultural. La prensa puertorriqueña usualmente trata el tema transgénicos en una mera nota al calce, como si fuera no más que un gesto apresurado para cumplir con un mínimo de ecuanimidad y ética periodística. Estas posdatas tienden a ser sumamente superficiales, no atienden la sustancia de los planteamientos de la oposición y a veces simplemente los tergiversan.
Para enero de 2005 Puerto Rico había tenido 1,330 autorizaciones (field releases) para cultivos transgénicos experimentales en la isla, lo cual había resultado en 3,483 experimentos transgénicos al aire libre (field tests). De las 1,330 autorizaciones, 994 fueron para maíz, 262 para soya, 99 para algodón, 15 para arroz, 8 para tomate, 1 para papaya y 1 para tabaco. Según la documentación, se estaban autorizando estas siembras experimentales en Puerto Rico desde tan temprano como 1987, casi una década antes de que las autoridades de Estados Unidos permitieran el consumo humano de alimentos transgénicos.
Considerando que con la tecnología fotovoltaica actual en Puerto Rico podemos generar cerca de 40 vatios por metro cuadrado, se requerirían 3.9 millones de cuerdas para generar esta electricidad. Puerto Rico entero, incluyendo a Vieques y Culebra tiene un área de cerca de 2.2 millones de cuerdas. Por lo tanto habría que construirle un segundo piso (o techo) a la isla y no tener otro uso en la superficie con el objetivo de generar la electricidad necesaria para producir el hidrógeno que movería nuestros vehículos.
El desarrollo de la biotecnología (sin reserva ni precaución alguna) es política pública del gobierno de Puerto Rico. Se repite la historia del boom farmacéutico, con su saldo de basura tóxica; las petroquímicas, un sector igualmente tóxico ahora llegado a menos; y la minería a cielo abierto —que afortunadamente nunca tomó lugar. Puerto Rico está siendo usado como semillero comercial y laboratorio de cultivos genéticamente alterados, también llamados transgénicos.
Vieques es una isla-municipio de Puerto Rico, de 21 millas de largo por 4 millas de ancho, localizada a 8 millas de la costa sudeste de la isla principal. En la década del 1940 la Marina de Guerra de Estados Unidos ocupó 3/4 partes del territorio de Vieques, y por sesenta años lo utilizó como sede de sus operaciones militares en el Atlántico y el Mar Caribe. La Marina transformó a Vieques en uno de los campos más activos del mundo para el entrenamiento de pilotos, ensayar con nuevos sistemas de armamentos y alquilar las facilidades a fabricantes de armas y fuerzas armadas aliadas de Estados Unidos.
La biotecnología se ha puesto en boga y el gobierno de Puerto Rico le apuesta a ella como salida a la debacle económica que sufre el país. Una vez más, en alianza con intereses empresariales locales y extranjeros, se embarca en una ruta de desarrollo económico y tecnológico sin indagar para nada los posibles costos sociales y ecológicos y los impactos a largo plazo.
Una esperanzadora revolución agroecológica está arropando el mundo, en países pobres y ricos por igual. Agrupaciones de sociedad civil, movimientos de base, pueblos indígenas, intelectuales progresistas, científicos comprometidos y muchos otros sectores se están organizando y están educando y movilizándose contra los cultivos transgénicos y en pro de una agricultura socialmente justa y ecológicamente sana.
Desde sus inicios, la situación colonial de Puerto Rico ha afectado todo tipo de desarrollo en nuestro país. Es un hecho innegable que desde los comienzos del dominio colonial, todo desarrollo en Puerto Rico ha sido creado para el beneficio del imperio dominador, aún a expensas del pueblo y su bienestar.
Frente a la alternativa de vender y comprar alimentos orgánicos en pequeños mercados agrícolas, se impone la nueva tendencia de cadenas de supermercados que ofrecen estos mismos productos bajo una dinámica lucrativa que amenaza con industrializar su producción. Es la modalidad capitalista del eco-negocio
En Puerto Rico se está repitiendo el error que se comete en Estados Unidos, donde el activismo es dominado por las llamadas organizaciones no gubernamentales, u ONG’s. Estas ONG’s se especializan en asuntos específicos, algunas en el SIDA, otras en la criminalidad, o en la pobreza, etc.
El Departamento de Agricultura Federal (USDA) lo confirma, mientras que el Departamento de Agricultura de Puerto Rico lo niega: Puerto Rico es uno de los sitios predilectos de la industria de biotecnología para realizar sus experimentos con cultivos transgénicos