Japón se prepara para verter agua radiactiva de Fukushima al océano
Los pescadores japoneses se oponen firmemente al plan, por temor a que liberación del agua radiactiva pueda devastar las poblaciones de peces locales.
Los pescadores japoneses se oponen firmemente al plan, por temor a que liberación del agua radiactiva pueda devastar las poblaciones de peces locales.
La última prueba nuclear que realizó Corea del Norte, el 6 de este mes, no tuvo sanciones ni una resolución contraria del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a diferencia de lo que ocurrió en el pasado.
Hace 4 años (el 11 de Marzo de 2011) una central nuclear, montada a orilla de un mar propenso a los terremotos y tsunamis, falló y sus reactores se fundieron, generando radiactividad sin control. Hace una semana se introdujo un pequeño robot en la central para ver si se podía hacer algo con los reactores. El robot falló a las 3 horas de proximidad a uno de ellos.
Un reactor nuclear produce energía eléctrica limpia y no empeora el calentamiento terrestre, porque no usa combustible fósil alguno (petróleo ni carbón). Tampoco atenta contra los ecosistemas porque no precisa de embalses de agua para turbinas; menos quema madera. ¿Dónde se encuentra el peligro? De un lado se trata de su estructura; cualquier reactor nuclear constituye una auténtica bomba de tiempo. De otro lado, su basura es el segundo peligro. Ha llegado la hora que el grueso de la humanidad haga sentir su voz unánime de protesta e imponga el: No, a las plantas nucleares, contra el audaz orden establecido, donde primero son los negocios.
Japón tiene 55 centrales nucleares, 14 localizadas en la zona afectada por el terremoto y el tsunami. Once enfrentaron problemas y seis sufren situaciones extremadamente graves, en particular Fukushima Daiichi. Para entender porqué Argentina no está exenta de tener un accidente nuclear nivel 7 en la escala INES –el peor posible- y porqué sus ciudadanos no están preparados para enfrentarlo, haremos un breve recorrido por las realidades nucleares de Japón, Alemania y nuestro país. Depender de una tecnología absurdamente cara y peligrosa en lugar de consolidar matrices energéticas variadas y más sustentables es suicida. Japón –víctima de ese suicidio- le acaba de asestar un golpe durísimo al mito nuclear.
A pesar del renovado interés por la energía nuclear, en medio de las crisis múltiples provocadas por el uso de los combustibles fósiles, la tecnología nuclear sigue teniendo serios problemas sin resolver que se amplían considerablemente al intentar explotarla en un país como Uruguay.