Contaminar no es inevitable

Derrames cerebrales, cardiopatías, bronquitis crónica, asma o cáncer de pulmón son algunas de las enfermedades relacionadas de manera directa con la contaminación atmosférica. Si no se ponen en marcha medidas drásticas, entre 2020 y 2029, 71.000 personas podrían fallecer en Europa por la mala calidad del aire. Así lo asegura un estudio de Greenpeace, Carbón tóxico: impactos sobre la salud y la economía de unos límites de contaminación insuficientes.

Cambiemos el sistema, no el clima – Declaración de los pueblos en Klimaforum09

Es necesario pagar la deuda ambiental y climática. No se deben promover y adoptar soluciones falsas, peligrosas y a corto plazo como la energía nuclear, los agrocombustibles, la compensación de emisiones, la captura y almacenamiento del dióxido de carbono, el biochar, la bioingeniería y el comercio de derechos de emisión. En lugar de ello, deberíamos llevar a cabo una transición plenamente sostenible, basada en recursos limpios, seguros y renovables y en la conservación de energía