Buenos Aires ya no sabe qué hacer con tanta basura

La capital de Argentina está desbordada por la basura. Nadie la quiere cerca pero cada vez habrá más, porque los planes para incentivar la reutilización y el reciclaje no han dado el resultado esperado. Ahora, la novedad es que las autoridades proponen una vieja solución: quemarla.

El 3 de abril activistas de la organización ecologista Greenpeace desplegaron una pancarta con la leyenda “Quemar basura mata” desde un balcón de la legislatura porteña, donde integrantes del Poder Ejecutivo debatieron el proyecto para modificar la ley de Basura Cero y habilitar la incineración de residuos.

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Activistas de la organización ecologista Greenpeace treparon el martes 3 los muros exteriores del parlamento de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para hacer visible un rechazo al proyecto para permitir nuevamente incinerar la basura en la capital argentina, lo que rechazan organizaciones ambientales y sociales. Crédito: Cortesía de Greenpeace Argentina.

Pero como los depósitos donde se entierra la basura están desde hace años sobre el límite de su capacidad, el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires pidió formalmente el 23 de marzo a la Legislatura (parlamento) local que derogue la prohibición.

En los fundamentos del proyecto de ley presentado con ese fin –que elude mencionar la palabra “incineración”- el gobierno capitalino, con especiales competencias,  promete implementar un sistema para “recuperar la energía contenida en los residuos, bajo un proceso de combustión controlado”.

“El Gobierno de la Ciudad está impulsando la incineración de basura a pesar de los daños para la salud y el ambiente que esto genera; tiene a disposición una ley de avanzada que no cumple, y en lugar de cumplirla, implementa un sistema tóxico”, dijo Diego Salas, director de Greenpeace. “Horacio Rodríguez Larreta ha sido el promotor de la incineración durante la última década, y hoy avanza en este sentido a pesar de la ley que lo prohíbe y de la oposición de organizaciones ambientales y sociales

“Más allá del impacto en el ambiente y la salud de la incineración, nuestro temor es que se deje de apostar al circuito de recuperación de basura, que apenas es incipiente en Buenos Aires. Es evidente que a las plantas incineradoras hay que abastecerlas”, dijo a IPS la activista Cecilia Allen, de la Coalición Ciudadana Anti Incineración.

 

Las cifras de la basura

Los datos oficiales muestran que los planes  para reducir la cantidad de basura que se entierra, que venían dando módicos resultados, ahora están estancados.

De hecho, en conjunto, el área metropolitana de Buenos Aires mandó a disposición final 1.101.202 toneladas de basura en 2017, contra 1.094.708 que había enviado año anterior.

A comienzos de este año, la empresa estatal Ceamse, que se encarga de la disposición de basura, hizo público un estudio realizado con la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, que sostiene que, con el ritmo de crecimiento de población y económico proyectado, las 18.000 toneladas diarias de basura que hoy genera la Ciudad se convertirán en 25.000 en 2030.

Alertas

La situación podría explotar mucho antes: los actuales rellenos sanitarios, alertó Ceamse, colapsarán en cinco años.

La cuestión no es nueva: ya a principios de este siglo comenzó a revelarse como un grave problema para Buenos Aires, una ciudad que tiene unos 3 millones de habitantes y que es la que gestiona el gobierno autónomo.

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Un basurero ilegal al lado de un pantano, en el asentamiento precario de Villa Inflamable, en la parte sur del área metropolitana de la capital argentina. Cloacas al aire libre como esta son uno de los grandes déficits ambientales del Gran Buenos Aires. Crédito: Fabiana Frayssinet/IPS

Pero la población llega a los 15 millones si se incluye su área metropolitana, conocida como el Gran Buenos Aires, lo que representa 34 por ciento de los 44 millones de habitantes del país.

El Proyecto

 

El proyecto oficial propone reformar seis artículos  de la ley de Basura Cero, para ampliar considerablemente los plazos, al fijar una nueva meta de reducción de 50 por ciento para 2021, con respecto a lo enterrado en 2012.

La norma original tiene como referencia el volumen enterrado en 2004, cuando  Argentina todavía sufría las secuelas de la brutal crisis económica de 2001, que redujo considerablemente el consumo.

“Por supuesto que sería deseable que nos convirtamos en una economía circular de avanzada. Pero es utópico pensar que eso se puede conseguir en un plazo corto”, aseguró Blanchetiere, integrante del bloque gobernante en Buenos Aires, Vamos Juntos, aliado del presidente Macri.

Puntualizó que “lo que estamos proponiendo no es habilitar la quema, sino la termovalorización, que permitirá la generación de energía con la basura, como se hace desde hace años en distintas ciudades de Europa”.

“La realidad es que hoy la Unión Europea desincentiva la alternativa de incineración, porque las chimeneas y los filtros no impiden la contaminación del aire”, dijo el director de Greenpeace Argentina, Diego Salas.

Para la organización ambientalista, “se debe establecer la responsabilidad extendida del productor por sus envases, fortalecer la industria del reciclaje, tratar los residuos orgánicos y hacer recolección diferenciada de residuos, todos puntos que hoy quedaron fuera de la agenda”.

Los ecologistas advierten que distintos estudios asocian las emisiones tóxicas y cancerígenas de estas plantas con un aumento en las tasas de morbilidad y mortalidad en poblaciones expuestas, principalmente operarios y ciudadanos de las zonas aledañas. Consideran, además, que los nuevos incineradores no solucionan el problema sino que sólo reducen en parte la contaminación en caso de existir los controles más estrictos. Entre los impactos nocivos a la salud relevados priman distintos tipos de cáncer, malformaciones congénitas, daños en el ADN, enfermedades respiratorias, entre otros. Esto agravaría el ya preocupante nivel de polución del aire que genera tres millones de muertes anuales en el planeta, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). (1)

Exigile a Larreta que no mate la Ley de Basura Cero para quemar los residuos de Buenos Aires, hace click aquí.

Notas

(1)    Algunos de los estudios analizados: [MF1] Viel JF, Daniau C, Goria S, Fabre P, de Crouy-Chanel P, Sauleau EA, Empereur-Bissonnet P. Risk for non Hodgkin’s lymphoma in the vicinity of French municipal solid waste incinerators. Environ Health. 2008 – Zambon P, Ricci P, Bovo E, Casula A, Gattolin M, Fiore AR, Chiosi F, Guzzinati S. Sarcoma risk and dioxin emissions from incinerators and industrial plants: a population-based case-control study (Italy). Environmental Health 2007 – Viel JF, Floret N, Deconinck E, Focant JF, De Pauw E, Cahn JY. Increased risk of non-Hodgkin lymphoma and serum organochlorine concentrations among neighbors of a municipal solid waste incinerator. Environ Int. 2011 Feb – Javier García-Pérez, Pablo Fernández-Navarro, Adela Castelló, María Felicitas López-Cima, Rebeca Ramis, Elena Boldo, Gonzalo López-Abente, Cancer mortality in towns in the vicinity of incinerators and installations for the recovery or disposal of hazardous waste, Environment International, Volume 51, January 2013 – Ranzi, A., et al: Mortality and morbidity among people living close to incinerators: a cohort study based on dispersion modeling for exposure assessment. Environ Health. 2011 – Cordier S, Lehébel A, Amar E, Anzivino-Viricel L, Hours M, Monfort C, Chevrier C, Chiron M, Robert-Gnansia E. Maternal residence near municipal waste incinerators and the risk of urinary tract birth defects. Occup Environ Med 2010 – Hsiu-Ling Chen, I-Ju Chen, Tai-Pao Chia, Occupational exposure and DNA strand breakage of workers in bottom ash recovery and fly ash treatment plants, Journal of Hazardous Materials, Volume 174, Issues 1–3, 15 February 2010 – Kumagai S1, Koda S, Oda H.: Exposure evaluation of dioxins in municipal waste incinerator workers. Ind Health. 2003 Jul

 

Ecoportal.net

Fuente: 

Por Daniel Gutman

Edición: Estrella Gutiérrez