Se trata de Green guerrilla Satalia, un grupo que tiene por objetivo recuperar espacios y convertirlos en huertos urbanos y esta vez, organiza a su comunidad para realizar un compost comunitario.
Esta vez, lograron comprometer al vecindario para alimentar un huerto y así reducir los residuos orgánicos.
Los suelos urbanos se encuentran contaminados, afectados por la huella humana y esto dificulta el desarrollo de un huerto orgánico en la ciudad.
Pero existen soluciones, como por ejemplo, crear pequeños bancales elevados y agregar tierra nueva y limpia para cultivar en ellos. Cultivar en contenedores, cajones, macetas, etc. Aún mejor, hay una solución más orgánica y destinada a cerrar el círculo energético. La idea es generar un compost comunitario cerca de dondese encuentre el huerto y comprometer a todo el vecindario.
Reduce impuestos, emisiones de CO2 y involucra a la sociedad en un proceso que ayuda a cambiar la mentalidad individualista.
Las Green Guerrilla de Satalia ya lo están llevando adelante. Su huerto es particular porque crece en el hueco entre escaleras que une dos calles del barrio. Antes, en ese lugar se acumulaban las bolsitas con las cacas del perro, plásticos, latas y restos de todo tipo.
Para cultivar, diseñaron pequeñas terrazas que aseguraron con muros de entramado de cañas. Pero la tierra necesitaba mejorarse con abono. La primer estrategia fue recurrir a la escuela de hípica cercana para recolectar bosta de caballo, pero al final generar su propio compost les abrió los ojos.
Así es como cada vez más vecinos comenzaron a separar los restos orgánicos de la cocina para llevarlos al compost de las Green Guerrillas.
Generar Compost Comunitario en los barrios reduce mucho los gastos de gestión de residuos orgánicos del municipio. El hecho de poder transformar los residuos en un producto de tanto valor como es el compostaje, en KM0, sin tener que sumar transporte con camiones, sin contratar empresas especializadas, sin tratarlo junto a otros desechos es mucho más sostenible.
Reduce impuestos, emisiones de CO2 y se involucra a la sociedad en un proceso que ayuda a cambiar la mentalidad individualista que rige en las ciudades.
Compostar en ciudad reduce nuestros residuos, devuelve a la maltrecha tierra urbana algo de salud orgánica y nos ayuda a entender que aunque nuestra vida diaria se desarrolle entre el cemento, ahora hay opción para que también aquí la naturaleza siga su curso.
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