No todas las especies sobrevivieron a estos cambios. Las que han prosperado, destacó el profesor Blackburn, fueron las que se trasladaron a zonas con mayor diversidad biológica, que ya son ricas en especies de aves nativas.
“Más de la mitad de todas las introducciones de aves conocidas se determinaron después de 1950, probablemente impulsadas por el comercio de aves enjauladas, y los investigadores dicen que se espera que esta tendencia continúe”, destacó el investigador.
No todas las especies sobrevivieron a estos cambios. Las que han prosperado, destacó el profesor Blackburn, fueron las que se trasladaron a zonas con mayor diversidad biológica, que ya son ricas en especies de aves nativas.
“Hemos estado realizando el mapa de la riqueza de especies exóticas para todo un grupo de organismos por primera vez con tal detalle que podemos localizar las poblaciones y los procesos históricos que llevaron a su introducción. Se nos ha dado información valiosa sobre las diferentes etapas de las especies invasoras – los humanos juegan un papel fundamental, pero también lo hacen otros factores ambientales que permiten que estas especies prosperen en sus nuevos lugares”, dijo el académico.
Considerando el movimiento de aves observado por biólogos internacionales de más de mil especies entre los años 1500 y 2000, se reveló que por ejemplo en sólo 17 años entre 1983 y 2000, se hicieron 935 introducciones de 324 especies a 235 países. La cifra de este período es bastante superior a los registros apuntados entre 1500 y 1903, que suman 403 años.
En realidad más de la mitad de todas las introducciones de aves conocidas de los últimos 500 años se presentan después de 1950, “principalmente a través del colonialismo y del comercio cada vez más popular de aves de jaula”, dice el documento.
Según el profesor Tim Blackburn, al mover estas especies a nuevas áreas donde normalmente no se reproducen, “los seres humanos están alterando el mundo”. El peligro, en caso que el comercio aumente en los próximos años, es que “estas especies exóticas puedan poner en peligro la supervivencia de las especies nativas”.
La tasa de introducciones aumentó bruscamente en la mitad del siglo XIX, con el traslado de europeos, “especialmente los británicos”, quienes “exportaron pájaros ‘beneficiosos’ a nuevos territorios (…) como patos, gansos, faisanes, perdices y palomas”.
Otra aceleración que ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial, y sigue incrementándose hasta nuestros días, es probablemente impulsada por el crecimiento del comercio de aves de jaula populares: entre ellas loros, pinzones y estorninos.
“En muchas áreas, ser dueño de un pájaro extranjero era un símbolo de estatus, y en ocasiones estas especies escapan o son liberadas”, dice el científico.
El mapa mundial de las aves exóticas muestra a su vez que hoy en día la mayoría de las especies se encuentran en las latitudes medias, “donde se encuentran las antiguas colonias británicas y los países con el Producto Interno Bruto más alto”.
Entre los países con mayores ingresos de estas aves están EE.UU., Japón, Taiwán, Hong Kong, Nueva Zelanda, Australia y los Estados del Golfo Pérsico.
A su vez, de la investigación emerge que las zonas más ricas en diversidad de especies nativas, es decir con mayor biodiversidad son las que han permitido la supervivencia de las exóticas.
“El término ‘los ricos se hacen más ricos’”, ciertamente también se aplica aquí, señaló el profesor Blackburn. “Las áreas que también son buenas para las aves nativas son buenas para las aves exóticas. Esta no es una observación nueva, pero es la primera vez que hemos estado registrando los efectos de las acciones humanas históricas que han sido claves”.
En la investigación publicada en la revista de Plos biology, participaron además integrantes de la Universidad de Adelaida, la Universidad de Cambridge, la Universidad de Exeter, la Universidad de Queensland, y el Imperial College de Londres.
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