El consumo de alimentos ecológicos, en aumento

Son bien conocidas por muchos las bondades del consumo de alimentos ecológicos. Entre las ventajas frente a los alimentos no ecológicos destacan: son más nutritivos; no se utilizan de pesticidas, antibióticos, ni aditivos sintéticos en su producción, lo cual es beneficioso para la naturaleza y para nuestra salud. Por otra parte, los controles de calidad son superiores a los alimentos convencionales; se usan técnicas que respetan la naturaleza en su cultivo; y además no contienen organismos genéticamente modificados que llevan a la pérdida de variedad genética.

Sin embargo, también hay ciertas desventajas frente a los alimentos no ecológicos. Por ejemplo, encontramos que el precio de los productos ecológicos es notablemente mayor, son más perecederos y en muchas ocasiones no son estéticamente agradables, algo muy importante para gran parte de los consumidores.

Estas desventajas, junto con el desconocimiento de la influencia positiva de los alimentos orgánicos, impiden que se generalice su consumo. Y es que aunque en muchos de los países del primer mundo la adquisición de este tipo de productos está aumentando de manera considerable, en el resto de naciones la compra de productos ecológicos es marginal.

EL CONSUMO DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS EN EL MUNDO

En este sentido, y según el Instituto de Investigación de Agricultura Ecológica (Research Institute of Organic Agriculture en inglés), los mayores mercados de productos ecológicos en el año 2015 fueron Estados Unidos, Alemania y Francia por ese orden. El primero tuvo unas cifras de negocio de 35.800 millones de euros, el país teutón por su lado 8.620 millones de euros, y el país galo 5.534 millones de euros.

En cambio, si hablamos de consumo per cápita la lista cambia bastante y en cabeza estarían países altamente desarrollados como Suiza con un consumo per habitante de 262 euros al año, seguido de Dinamarca con 191 euros y Suecia con 177 euros. Se da la curiosa paradoja de que los países que más consumen no son los que más producen, y es que a la cabeza de superficie dedicada a este tipo de agricultura en 2016 estaban Australia (con 22,7 millones de hectáreas), Argentina (con 3,1 millones de ha) y EEUU (con 2,1 millones de ha). También destacan planes ambiciosos como el de Bhutan para solamente permitir la agricultura ecológica.

La agricultura ecológica tiene mucho futuro y se espera que el volumen de negocio crezca un 14% entre 2017 y 2021. De esta tendencia se pueden beneficiar muchos agricultores ya que en bastantes ocasiones la agricultura ecológica va unida al comercio justo. Incluso hoy en día es posible, gracias a plataformas como la de 1and1 el comercio directo con el consumidor final, eliminando así intermediarios innecesarios.

Esto puede ser clave en el bienestar de los agricultores ya que en muchas ocasiones sus ganancias se ven mermadas entre otras cosas por la larga cadena de intermediaros que hay hasta el consumidor final. Tal es el caso de la producción de patatas, en la que los agricultores se ven obligados a desecharlas para no vender a pérdidas.

Uno de los primeros casos de éxito de venta de frutas y verduras online es el de la web Naranjas Lola. Además, esta página fomenta el consumo de alimentos kilómetro 0. Este tipo de alimentos no se venden en la misma región donde se producen, evitando así emisiones derivadas de su transporte. Esta tendencia junto con la agricultura ecológica son vitales para mejorar la situación de alarma medioambiental en nuestro planeta.