Desde ahora, el nuevo Reglamento de reutilización del agua está vigente en la mayoría de los países miembros de la Unión Europea. Esta medida tiene como objetivo aprovechar las aguas residuales urbanas tratadas de manera segura para ayudar a los agricultores a regar sus cultivos en momentos de clima cálido y sequía excepcionales, especialmente en el sur de Europa.
“El agua es un recurso precioso que cada vez escasea más. Así como estamos reutilizando cada vez más otros materiales y productos básicos escasos, las aguas residuales urbanas se pueden tratar con éxito con las tecnologías disponibles”, dijo Virginius Sinkevičius de Lituania, el Comisario Europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca.
“Eso abre muchas posibilidades para los agricultores que pueden usar el agua recuperada de manera segura para el riego. Con estos nuevos estándares, los consumidores y agricultores pueden confiar en la calidad y seguridad de los productos agrícolas regados con agua recuperada”, sostuvo.
Según la UE, se procesan más de 40.000 millones de metros cúbicos de aguas residuales cada año. Sin embargo, solo el 2,4% de ellas recibe un tratamiento adicional para poder reutilizarse en la agricultura. Debido a que la agricultura consume alrededor del 50 % del agua en la UE, se espera que las medidas de reutilización tengan un impacto importante en la protección de la biodiversidad, la reducción de la contaminación y el alivio de la presión sobre los recursos hídricos, críticos en el futuro.
Aguas residuales y economía circular
La reutilización del agua puede ser una solución efectiva para reducir el uso de fertilizantes, ya que el agua recuperada contiene nutrientes que pueden ser aprovechados. Aunque se requiere energía para tratar las aguas residuales, esto se compensa con la disminución en la extracción de agua subterránea y aplicaciones de fertilizantes.
Las nuevas medidas tienen como objetivo estar en consonancia con el Pacto Verde Europeo y las prioridades establecidas para promover una economía circular.
“La reutilización del agua también contribuye al objetivo de la Estrategia Farm to Fork de reducir la huella ambiental del sistema alimentario de la UE y fortalecer su resiliencia, al proporcionar una fuente de agua alternativa y más confiable para el riego”, dice la UE. Dentro del panorama general, es importante considerar las diferentes opciones de financiación disponibles para el riego con agua recuperada.
Grandes diferencias entre los países de la UE
En la Unión Europea, existe una gran variación en la reutilización de las aguas residuales tratadas por parte de sus estados miembros. Algunos países logran reutilizar hasta el 89% de estas aguas, mientras que otros apenas lo hacen o directamente no lo hacen. De hecho, la mayoría de los países solo logran recuperar un 5% de sus aguas residuales. Según los funcionarios de la UE, se estima que es posible reutilizar hasta seis veces más agua de la que actualmente se logra aprovechar.
En cuanto a las nuevas reglas, es importante destacar que las naciones europeas tienen la opción de no participar en ellas si así lo desean. Algunos países como Francia, Italia, España, Grecia, Rumanía y Hungría han optado por utilizar agua regenerada. Por otro lado, Alemania permite la reutilización de aguas residuales tratadas en la mayoría del país, aunque existen excepciones en algunas áreas específicas.
En la actualidad, Austria, Polonia, la República Checa y Finlandia son países en los que no está permitido. Por otro lado, Irlanda y Dinamarca todavía no han tomado una decisión final al respecto.
La Unión Europea también destaca la importancia de la cooperación entre los estados, ya que muchos ríos y lagos europeos cruzan fronteras. Las nuevas reglas establecen estándares mínimos comunes para el tratamiento y reutilización del agua, lo cual asegura prácticas seguras y facilita la exportación de productos cultivados con agua reciclada a diferentes mercados.
Con información de sustainability-times.com