Por Laura Litvin
Como las bacterias y virus que nos enferman cada tanto, existen agentes tóxicos sutiles (o no tanto) que nos complican el día a día de maneras impensables. ¿Se altera por la sirena de un camión de bomberos; por el humo de colectivos y cigarrillo; por el ruido ensordecedor de las obras en construcción? ¿Se siente agobiado por la mala alimentación, falto de energía o sufre de insomnio? ¿Cuántas veces en el último minuto le dio "actualizar" a su casilla de mail en su celular? Si se identifica con alguna de estas cuestiones, estas líneas son para usted. La alimentación poco nutritiva, el estrés, la contaminación ambiental y también la adicción a la tecnología, entre otras cosas, muchas veces se convierten en un combo explosivo difícil de manejar. Tiempo Argentino convocó a expertos de distintas disciplinas para revisar cómo nos "intoxican" varios factores de la vida cotidiana y analizar alternativas para cambiar hábitos. Como hacer yoga a 42º, someterse a lavajes varios o meditar.
ALIMENTACIÓN SANA
La cuestión sobre la alimentación está siendo revisada desde hace tiempo.
Palabras como "orgánico", "vegetariano" o "alimentación consciente" ya no son ajenas en el vocabulario cotidiano y cada vez son más las personas que reflexionan sobre lo que comen. Néstor Palmetti, técnico en dietética y nutrición natural, y director de Espacio Depurativo, en Córdoba, donde se abordan talleres para quienes estén interesados en una depuración natural <www.espaciodepurativo.com.ar>, explica: "En realidad, el cuerpo tiene sólo dos estadios: orden o desorden. Así de simple. Cuando hay orden hay energía, ganas de hacer cosas, creatividad, alegría. Cuando lo perdemos hablamos de síntomas agudos, enfermedades crónicas y degenerativas. Y si profundizamos, comprendemos que son mecanismos de supervivencia corporal. La pregunta es ¿por qué esperar un diagnóstico grave para recién entonces comenzar a modificar los hábitos nocivos? El ‘ensuciamiento’ es un fenómeno de las últimas décadas, generado por nuestra antinatural forma de alimentarnos y el total olvido del mantenimiento depurativo. El problema comienza cuando los alimentos que ingerimos no están adaptados a nuestra fisiología. Entonces, la digestión de la comida es insuficiente, la flora se desequilibra, se genera putrefacción, inflamación y enlentecimiento del bolo alimenticio. Se producen problemas como el ’tilde’ del sistema inmune. Se agregan las presiones, el estrés y las formas modernas de luchar por la supervivencia.
Ahora, ¿cuál sería la correcta nutrición? Nuestra naturaleza frugívora satisface absolutamente todas sus necesidades con el aporte de frutas, hortalizas y semillas. Nuestro perfecto sistema celular siempre ha requerido las mismas cosas: oxígeno, alcalinidad, vibración, enzimas, adecuados nutrientes y fluidos limpios. Con esos simples aspectos garantizados, el sistema se auto-regula y nos brinda buena calidad de vida, buen nivel de energía, longevidad y ausencia de malestares" (ver recuadro).
PENSAMIENTOS NEGATIVOS
Beatriz Goyoaga es instructora y coordinadora internacional de El Arte de Vivir. Sobre los pensamientos negativos explica: "La contaminación mental existe en casi todas las partes del mundo. Puedes ser chino, mexicano o argentino y tener una mente contaminante para ti mismo y para los demás. Me refiero a los que se quejan, son irascibles, cínicos e irónicos, las mentes que ven todo mal, depresivas, las estresadas y las negativas. Las emociones, como los pensamientos, son impulsos de energía y se quedan arraigados en el organismo en diferentes formas: a veces como toxinas, depresión, fobias, angustia, entre otras. Esto se puede limpiar devolviendo a la mente su equilibrio. ¿Cómo? Con las fuentes que te otorga la naturaleza para recuperar la energía vital: comer sano, descansar, que significa también cortar el teléfono e Internet; respirar y meditar y, finalmente, teniendo ratos diarios de felicidad. Lo más importante de todo y más poderoso es la respiración, porque está unida con la mente. En poco tiempo uno nota el cambio. El cerebro necesita descanso, ¡si no, después ladramos!"
MALA VIBRA
Desde las culturas orientales, Patricia Traversa, directora del Centro de Feng Shui Profesional, explica cómo los ambientes donde vivimos también pueden ser agentes contaminantes: "El Feng Shui se fundamenta en los principios de la filosofía taoísta, que sostiene que existe una sutil conexión entre la naturaleza y el hombre. En la actualidad, nos acostumbramos a vivir en las ciudades, sin contacto con la naturaleza; por eso es importante mantener armonizados nuestros ambientes (casa, oficina).
Si esto no ocurre, sobrevienen desequilibrios en distintas áreas de la vida. Cuando algo en la energía de la casa o el terreno está mal, también lo estarán quienes habiten el lugar. Muchas veces, al entrar a un espacio, hay algo que nos hace sentir incómodos o cansados, pero no podemos explicar qué es. Esto es consecuencia de una energía estancada, ya sea por una mala circulación del ‘chi’ o por contaminación electromagnética. Hoy en día, debido a los progresos tecnológicos, los campos eléctricos son 10 mil veces superiores a los naturales. La contaminación electromagnética procede de muy diversas fuentes: antenas de telefonía móvil, torres y líneas de alta tensión, transformadores, instalación eléctrica defectuosa, tubos fluorescentes que parpadean, entre otras. Sus efectos se traducen generalmente en depresión, irritabilidad y desequilibrios emocionales, así como disfunciones del sistema inmunológico; lo que nos hace más vulnerables a las enfermedades. El hombre es un microcosmos que afecta al entorno. Por esto se intenta encontrar una sintonía entre ambos para que vivan en equilibrio."
Para aprender a ver lo positivo en el sudor
Hacer ejercicio está indicado por médicos, nutricionistas y psicólogos porque no solo proporciona bienestar físico, sino también emocional. Por supuesto, basta hacer cualquier deporte y transpirar para "limpiar" el organismo. Aquí hicimos foco en el Bikram Yoga, una disciplina de moda en estas latitudes que combina 26 posturas (asanas) y dos ejercicios de respiración (pranayamas) ejecutados en una sala a 42° C durante 90 minutos. Inspirado en las posturas del Hatha Yoga, el Bikram fue creado por Bikram
Choudhury, un yogui que fundó su primera escuela en San Francisco en los años ’70. La historia cuenta que a los 18 años Choudhury se lesionó gravemente y, con la ayuda de su maestro, creó su propia rutina de 26 posturas y se rehabilitó por completo. En nuestro país se practica en Bikram Yoga Buenos Aires <http://bikramyoga.com.ar> y su directora, Carla Cristofori comparte su conocimiento: "Producto del calor, las comprensiones, estiramientos y torsiones que se realizan en la clase actúan de manera más profunda en los sistemas del cuerpo, aumentando y facilitando la circulación de los fluidos del cuerpo. Y en este proceso, uno de los tantos beneficios de este método es la depuración a través del sudor, por el que se eliminan las toxinas."
El ruido, una amenaza
Germán Said es ingeniero acústico, docente y forma parte del equipo que elabora el Mapa de Ruido de la Ciudad de Buenos Aires en la Agencia de Protección Ambiental. Reflexiona: “El mayor contaminante en la Ciudad es el transporte. Está medido que hay esquinas (como por ejemplo Cabildo y Juramento), que superan los 70 decibeles de día y 60 de noche, que son los niveles que establece la ley Nº 1540 (de control de la contaminación acústica). Pero el ruido no sólo perjudica a la audición; también puede provocar disturbios cardiovasculares, aumento de la presión sanguínea, alteraciones digestivas, del sueño y la respiración. Hay gente que vive sobre una autopista, o cerca de un cuartel de bomberos o de un estadio donde se hacen recitales y sufre distintos traumas. En el trabajo, provoca nerviosismo, agotamiento, mal humor, baja productividad. No se toma en cuenta la dimensión de lo que significa este problema. Cuando una persona se tiene que ir de su casa para poder dormir, está expuesta a una energía donde su calidad de vida es nula”.
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Tiempo Argentino