La activista sueca Greta Thunberg conjuntamente con un grupo de adolescentes y jóvenes europeos está convocando a una huelga global para este 20 de setiembre con el propósito de llamar la atención de los políticos para que se tomen medidas inmediatas y efectivas para hacer frente al cambio climático.
La niñez y la juventud se han sumado al concierto de voces quienes cansados de ver que los tomadores de decisiones no asumen reales compromisos para adoptar medidas que detengan y reviertan los procesos del cambio climático han decidido, como verdaderos tomadores de decisiones, levantar la voz de manera firme y contundente para decir basta ya de dilaciones, de tibieza, de indiferencia frente a los graves problemas que está causando el cambio climático y que está condenando a las generaciones presentes y futuras a sufrir las consecuencias del poco compromiso para hacer frente al cambio climático.
Esta inédita propuesta que surge de la juventud, de las mujeres, de los que siempre han sido invisibilizados, es muy esperanzadora porque demuestra que la ciudadanía no se adquiere con la edad sino con el ejercicio activo de los derechos. Los jóvenes nos están diciendo a los mayores que no podemos seguir como hasta ahora pues los efectos del cambio climático ya lo vemos en diferentes partes del mundo y los que más sufren son las poblaciones vulnerables. Dramáticas son las imágenes del derretimiento de los polos y la lucha de los animales por buscar alimentos cada vez más escasos.
Es un mensaje a la conciencia de la sociedad para que no sigamos pensando que la tierra solo es una canasta de recursos para explotarla infinitamente o es un gran depósito de residuos que ha superado largamente la capacidad de procesamiento de la tierra. El modelo de desarrollo, que muchos mayores defienden como la única alternativa posible, es el gran causante de esta crisis civilizatoria. Seguimos pensando que los bosques, mares y suelos son para explotarlos y generar riqueza aún a costa de sacrificar personas y al propio ambiente. En nombre del progreso, con un falso entusiasmo optimista, seguimos dependiendo de los combustibles fósiles y no hacemos los esfuerzos necesarios para buscar alternativas al desarrollo más conectadas con la naturaleza.
Los jóvenes nos están diciendo basta ya de indiferencia, basta ya de la política barata de mercado que hace de la corrupción un modo institucionalizado de vida y que busca enfermizamente el lucro y el beneficio personal en desmedro del bien común y los intereses de las grandes mayorías. Los jóvenes nos están diciendo basta ya de actuaciones teatrales sobre acuerdos para detener el cambio climático pero que no se condicen con la vida real en tanto siguen las presiones contra la naturaleza en nombre del mercado y del crecimiento económico.
Los jóvenes están haciendo la diferencia. De manera legítima nos están diciendo que no les robemos el futuro. Que la acción es ahora y no cuando sea demasiado tarde. Nos están diciendo que el modelo civilizatorio que nos hemos construido no es amigable ni con la sociedad ni con el ambiente y que solo permite el crecimiento desmedido de la riqueza de unos pocos. Con legítima indignación nos están diciendo que no continúe la desidia, la desesperanza y que es hora de levantar la voz para decir alto ya al grave daño que le estamos causando al planeta y a las poblaciones más vulnerables. Al final los impactos del cambio climático nos alcanzarán a todos y es por ello que no podemos seguir indiferentes.
Siempre habrá voces que digan que el cambio climático es un cuento inventado por los ambientalistas o por las fundaciones para conseguir recursos económicos, dirán que los cambios climáticos son consustanciales al sistema planetario, dirán que es el pretexto para detener la inexorable marcha del desarrollo económico e incluso hablarán en nombre del progreso para todos. Pero más allá de aquellas voces que, consciente o inconscientemente, descalifican a los activistas para hacer frente al cambio climático, los efectos ya lo estamos viendo y sufriendo y cada vez los impactos serán mayores y más costosos de revertir. Por todo ello existe la necesidad de plegarse a esta loable iniciativa de los jóvenes para reverdecer las esperanzas y las ilusiones que todavía es posible generar mundos alternativos donde los humanos se respeten los unos a los otros y los humanos respeten a los no humanos. Esto requiere una gran transformación de pensamiento, de sentimientos, de discursos y de acciones.
La huelga global del 20 de setiembre puede ser un bello inicio de un gran despertar colectivo. Estamos invitados a ser parte de la historia.
Por Rodrigo Arce Rojas
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Ecoportal.net
Esta adolescente autista está manipulada por los grandes negociantes del “cambio climático” que NO EXISTE ! Como otras grandes mentiras caerá en el basurero de la historia. Desde que hay medidas de temperatura se ha comprobado que el clima cambia y que el hombre solo tiene una mínima parte y NO INFLUENCIA el clima.
Si tu intención es descalificar a Greta Thunberg, creemos que no es el camino correcto. En cuanto a la existencia o no del cambio climático, pareciera ser que eres la autoridad máxima en el tema o tal vez tienes una fuente de información más fidedigna que Naciones Unidas y la Organización Meteorológica Mundial. “El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) fue creado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la ONU Medio Ambiente con el objetivo de proporcionar una fuente objetiva de información científica. En 2013 el IPCC proporcionó más claridad sobre el papel de la actividad humana en el cambio climático cuando publicó su Quinto Informe de Evaluación. Su conclusión es categórica: el cambio climático es real y las actividades humanas son sus principales causantes.” https://www.un.org/es/sections/issues-depth/climate-change/index.html