Los tradicionales grafitis callejeros o murales han encontrado un vuelo distinto, y la naturaleza se incorpora a estos creativos diseños sobre paredes y suelos.
Las ciudades guardan en sus rincones distintas expresiones que hablan de su gente, de sus costumbres y de su identidad. Así como la música que adorna el ambiente de una calle, los dibujos que aparecen sobre los muros o sobre el mismo piso también dicen algo.
El arte urbano natural toma lo mejor de esas expresiones y explota la creatividad utilizando plantas, árboles o grietas que son parte del paisaje, así los transforma en un ingrediente más de la obra final. De este modo, podemos ver arbustos que son empleados como cabello de una niña pintada o aberturas que se convierten en rostros. Es decir, la imagen y la naturaleza son un todo, se complementan y arman un gran diseño y una mejor idea.