Cuando hablamos de propaganda, enseguida nos viene a la mente su desprestigio por servir como herramienta a los regímenes autoritarios; como por ejemplo, la repetición incesante de la mentira hasta que se transforme en verdad (como lo decía Goebbels), seguido de la complicidad de poderosos medios de comunicación. Se trata de un proceso de manipulación que nos hace vulnerables al lavado de cabeza sin que nos demos cuenta.
Pero esto también se desarrolló en democracia. A pesar de nuestra formación intelectual, la propaganda puede ejercer sus efectos sobre nosotros. Para mantener su status quo, los sectores concentrados de poder utilizan todos los recursos posibles, y los medios son una de sus herramientas para consolidar su situación de privilegio.
El video que compartimos a continuación, es una animación realizada a partir de la investigación del filósofo y lingüista, Noam Chomsky, donde desenmascara la forma en que los medios hegemónicos construyen el “consenso” público en torno a una idea.
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