Incendios capitalistas

Cuando se plantean las diferencias entre los tipos de agricultura que se practican, para definir la agricultura que actualmente llena nuestros supermercados de comida artificial, con pesticidas y muchos kilómetros de petróleo en su mochila, me gusta sustituir el oxímoron de agricultura industrial por otro adjetivo, desde mi punto de vista, más certero: agricultura capitalista.

La cultura del humus

"Elaborar humus es esencial para corregir nuestros excesos, nos permitiría combatir con certeza el cambio climático. Pero además, devolviendo materia orgánica a nuestras tierras la hacemos más fértil, más sana, más fuerte frente a plagas, más productiva y desde luego, como nunca debimos olvidar la gente del campo, nos hace más autónomos, nos sitúa al margen -fuera- del modelo criminal de agricultura industrial que la castiga con fertilizantes químicos. Más humus es más soberanía."

La peor empresa del mundo

Desde que se iniciara el campeonato, el trofeo que se otorgará este mes de enero, será el más preciado porque en esta ocasión las seis candidatas que compiten han sido seleccionadas entre las 10 premiadas en años anteriores. Es como si se votara entre los últimos 10 ganadores de la bota de oro futbolera para ver entre todos ellos quien es el mejor entre los mejores. Sí, desde hace unos días está abierta la página web del premio Public Eye Awards que dictaminará cuál es la peor empresa del mundo si las miramos con ojos críticos, con esos ojos que se irritan cuando observan como tan grandes multinacionales se permiten violar repetidamente derechos humanos y laborales; son exitosas en sus operaciones de corrupción; o llevan adelante todo tipo de terribles prácticas que destruyen el medio ambiente.

¿Estamos hechos para vivir en común?

La Revolución francesa no es sino
la precursora de otra revolución
mucho mayor, que será la última;
aspiramos a algo más sublime y más justo,
¡El Bien Común de la Comunidad de los Bienes! (i)

Contra todas las “evidencias” de la teoría económica convencional y la síntesis darwinista, hemos rastreado los sistemas de vida, la evolución humana y la aparición del lenguaje para mostrar que lo constitutivo de los seres vivos y de los humanos en particular es la propensión a la simbiosis, a la cooperación y a la vida en común. Por eso, los bienes comunes, que son la mayor parte  de los bienes que interesan, han sido gestionados por las sociedades humanas con entera solvencia y eficacia, aunque ateniéndose a ciertas condiciones, no automáticamente. Concluimos el trabajo afirmando que la antigüedad evolutiva de la empatía hace que nos podamos sentir extremadamente optimistas.