Desde hace un tiempo se supo que el descubrimiento que se dio a principios del siglo XX en México, llamado aerogel, permaneció en la cima durante décadas tras considerarse como una curiosidad científica. Este material que tiene una apariencia similar al humo congelado es en verdad un sólido muy ligero y poroso.
Su estructura molecular singular, que está compuesta por una red tridimensional de nanoporos llenos de aire, le brinda grandes propiedades. Sin embargo, la clave de sus características tiene lugar en que se trata de un proceso de fabricación conocido como secado supercrítico, que elimina el líquido del gel sin colapsar la estructura porosa.
Lo mencionado anteriormente le otorga al aerogel su baja densidad, su alta resistencia y, sobre todo, su extraordinaria capacidad de aislamiento térmico. En ese sentido, su alta capacidad de absorción lo hace ideal para la limpieza de derrames de petróleo y otros contaminantes.
Las múltiples aplicaciones del aerogel y el desafío que se le presenta en México
El aerogel es más conocido por su capacidad de aislamiento térmico, donde una capa de 6 mm puede transformar una temperatura de 1.000 °C en 100 °C, o una temperatura de -78.5 °C en 22 °C. Sus aplicaciones se extienden a diversos campos; en la industria aeroespacial, se utiliza como aislante térmico en trajes espaciales y en componentes de satélites.
Por su parte, en lo que a la medicina le corresponde, este producto se puede investigar como un posible material para la administración de fármacos y puede ocupar un lugar como el vendaje para quemaduras. De todos modos, al mejorar la eficiencia energética de los edificios, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, su capacidad de absorber contaminantes lo pone en lugar como una herramienta valiosa para la limpieza de suelos y aguas contaminadas. Sin embargo, es importante destacar que la producción a gran escala de aerogel aún presenta desafíos ambientales, como el consumo de energía y la generación de residuos.
Un nuevo camino a la construcción sostenible: el aerogel como la estrella del momento
A pesar de su gran potencial, el costo de producción sigue siendo elevado, y su fragilidad lo hace difícil de manipular y transportar. Por supuesto, la escalabilidad de los procesos de fabricación es un tema clave que debe abordarse para satisfacer la creciente demanda de este material.
La NASA fue pionera en el uso del aerogel en misiones espaciales; así los trajes de los astronautas, por ejemplo, incorporan capas de aerogel para protegerlos de las temperaturas extremas del espacio. Además, este producto se utiliza en instrumentos científicos a bordo de sondas espaciales para aislar componentes sensibles.
De igual manera, su capacidad para capturar partículas de polvo cósmico lo ha convertido en una herramienta invaluable para el estudio de la formación del sistema solar. Sin embargo, se están explorando nuevas posibilidades, como el uso de aerogel para construir hábitats lunares o marcianos.
Un material sostenible, confortable y con una gran eficiencia energética
Crear espacios más amigables para el medio ambiente, es un punto importante a tener en cuenta y en este caso, la capacidad para aislar térmicamente los edificios de manera excepcional permitirá reducir drásticamente el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, su bajo peso y su facilidad de aplicación lo convierten en un material ideal para la rehabilitación de edificios antiguos y la construcción de nuevas viviendas. Las temperaturas interiores se mantendrán más estables durante todo el año, reduciendo la necesidad de sistemas de calefacción y refrigeración.
En ese sentido, el aerogel es un material extremadamente versátil que puede adaptarse a diferentes aplicaciones en la construcción, por mencionar algunos ejemplos, se puede utilizar en paneles aislantes, revestimientos, ventanas y muchos otros elementos constructivos, junto al reciclado que se realiza y su bajo impacto ambiental.