El Chelsea se coronó campeón de la nueva Copa Mundial de Clubes este domingo, derrotando al PSG en la final celebrada en el MetLife Stadium en New Jersey. Dándole un giro inesperado de 180 grados a las expectativas del partido, los Blues se llevaron el título de la primera edición renovada del campeonato mundial de clubes de la FIFA.
En contraste con el Chelsea, campeón de la Conference League, el Paris Saint-Germain llegaba como claro favorito, tras haber logrado un triplete de títulos importantes como la Ligue 1, la Copa de Francia y la UEFA Champions League, esta última derrotando al Inter de Milán 5-0. Para agregar, se metía en esta final acabando de derrotar al Real Madrid por 4-0.
Pieza clave para un primer tiempo aplanador del Chelsea: Palmer
El conjunto londinense enfrentó el partido con una gran intensidad inicial, pese a ser el no favorito. Con el PSG sufriendo la alta presión del Chelsea, llegaría el primer gol sobre la mitad primera parte, tras varios intentos, sería una jugada de Malo Gusto que le daría a Cole Palmer al borde del área para colocarla en la esquina inferior derecha de la portería de Gianluigi Donnarumma, quien intentaría sin éxito detener la trayectoria de ese balón.
Lejos de conformarse y cerrarse atrás, el Chelsea buscó aumentar la ventaja sobre el equipo parisino, objetivo que logró nuevamente gracias a Palmer, quien duplicó su cuenta personal a los pocos minutos de haberla abierto con un balón que llegaba de un pase largo de Levi Colwill, una definición casi idéntica y una demostración de calidad excepcional para aprovechar el espacio en el área.
Al cierre del primer tiempo el partido ya estaba sentenciado
Para los últimos minutos del primer tiempo, Palmer se pondría las botas de asistente, manejando el balón hacia el área y abriendo los espacios necesarios para dejar un pase preciso que dejó en ventaja y frente a Donnarumma a João Pedro, definiendo con una vaselina para así hacer el último gol y sentenciar el partido.
Tras el arrollador primer tiempo de los Blues, pocos fueron los ataques del PSG. Entre las escasas amenazas que pudo lanzarle el Paris Saint-Germain al Chelsea provino una jugada de Désiré Doué, un disparo potente bien atajado por el portero del Chelsea, Robert Sánchez. De esta manera se cerraba el primer tiempo, con las reducidas esperanzas del equipo francés.
Un segundo tiempo que terminó por sepultar al PSG
Para el segundo tiempo, a pesar de presentar una mejoría en su juego el PSG y de intentar llegar a la portería rival en más ocasiones que en el primer tiempo, no lograría alterar el marcador en ningún momento. Haría sustituciones para la entrada de Mayulu, Ramos y Zaïre-Emery, y en algún momento se generarían situaciones de peligro como la oportunidad perdida en el área del Chelsea por un control deficiente de João Neves.
Los minutos pasaban y con las situaciones de gol sin lograr ser concretadas aumentaba la tensión en el campo. Para los últimos minutos, João Neves recibiría una expulsión por tarjeta roja por tirarle del cabello a Marc Cucurella del Chelsea. Se daría un reflejo de la frustración y tensión emocional para el final del encuentro, una escaramuza que tuvo como partícipes a Donnarumma, Hakimi, João Pedro y Luis Enrique.
El significado de este título para el Chelsea
La victoria del Chelsea contra el equipo que había arrollado al Inter en la final de la Champions League y que mostró una exhibición en las semifinales contra el Real Madrid eleva la trascendencia de su triunfo más allá de una simple copa, además de recibir más de 125 millones de dólares en premios y tarifas de participación totales, lo que subraya las inmensas apuestas financieras en juego.
