Ya falta menos de un año para que la pelota vuelva a rodar en un Mundial que ya de movida es histórico por su triple sede para la Copa del Mundo 2026: Canadá, Estados Unidos y México. Pese a esto, desde que la FIFA confirmó la candidatura conjunta, el plan fue que el Estadio Azteca reciba el partido inaugural, convirtiéndose en el primer estadio en alojar tres juegos inaugurales en la historia.
De todas formas, a medida que se acercan los preparativos finales, surgen presiones externas que buscan reconfigurar la hoja de ruta de la FIFA, siendo que entre ellas se encuentra una movida diplomática desde Ottawa, que podría alterar lo prevista.
En los últimos días, comenzaron a circular versiones sobre un pedido impulsado por el gobierno canadiense para que México pierda la sede del primer partido, lo cierto es que este movimiento tiene como protagonista al primer ministro Mark Carney, quien ha decidido tomar cartas en el asunto.
Argumentos de Canadá para trasladar el juego
La estrategia de Canadá se fundamenta en preocupaciones de seguridad y clima social, por eso mediante una carta dirigida a la FIFA, Carney expuso hechos que ocurrieron en la Ciudad de México en este último tiempo que, a su juicio, representarían un riesgo para delegaciones, aficionados y personal logístico.
Uno de los puntos centrales es el asesinato de dos colaboradores cercanos de Clara Brugada Molina, Jefa de Gobierno electa de la capital, la mayor sorpresa que se puede hacer en la inauguración. Sin embargo, Ximena Guzmán y José Muñoz fueron atacados a plena luz del día sobre Calzada de Tlalpan, una arteria clave que conecta con el Estadio Azteca.
El otro factor es la creciente tensión por la gentrificación, ya que el pasado 5 de julio, una manifestación contra este fenómeno terminó con destrozos en zonas como Roma y Condesa, sitios de alta concentración de extranjeros. Según Ottawa, esto podría agravar la percepción de inseguridad de cara al evento.
Clima social en México: problemas y manifestaciones
Lo que más indica y remarca Canadá es el clima social en México, porque el malestar por la gentrificación no es nuevo, pero cobró fuerza tras el alza sostenida de rentras y expansión de plataformas como Airbnb, por eso vecinos de distintas colonias denunciaron desplazamiento, pérdida de identidad barrial y encarecimiento de la vivienda.
En un mitin que en principio fue pacífico, degeneró en actos vandálicos y pintas con mensajes dirigidos a residentes extranjeros, tras esto, se provocó inquietud entre comerciantes y autoridades locales, que ahora se preparan para una nueva protesta programada para el 20 de julio en el sur de la ciudad.
Estos focos de tensión social son utilizados por el gobierno canadiense como argumento para reforzar su petición de que el partido inaugural se traslade a una de sus sedes, como Vancouver o Toronto, ciudades que consideran seguras y listas para recibir a miles de visitantes.
Estados Unidos, también en la mira por protestas migratorias
Pese a tener la mayoría de la organización del Mundial de 2026, Estados Unidos no escapa de cuestionamientos, ya que enfrenta críticas por operativos de deportación encabezados por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).
De todas formas, las redadas encendieron protestas en ciudades como Nueva York, Chicago, Washington y Filadelfia pero, según Canadá, todo esto contrastan con la atmósfera festiva que se espera para esta competición. Por eso, The New York Times informó sobre roces entre la FIFA y la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, por los protocolos migratorios y fronterizos.
Recordemos que en la pasada Copa Oro y el Mundial de Clubes, algunos partidos mostraron poca asistencia del público, alimentando dudas sobre la conveniencia de abrir el torneo en territorio estadounidense. A pesar de la presión, la FIFA no emitió ningún posicionamiento oficial, pero si cerró un acuerdo con Sheinbaum, sobre un posible cambio de sede.