El Banco Central de México sorprendió al mercado con un ajuste descendente en el costo del dinero. Esta vez, el movimiento fue de medio punto porcentual, con lo que el referencial pasó de 9% a 8,50% siendo que no se observa este nivel desde agosto de 2022.
Cabe mencionar que la Junta de Gobierno del banco tomó esta decisión por unanimidad, lo que refuerza la idea de que el entorno macroeconómico actual justifica una moderación en las restricciones financieras, así se busca mantener un equilibrio entre el control inflacionario y la necesidad de estimular la actividad económica.
Esto sucede dentro de un momento en el que los precios al consumidor se estabilizaron dentro del rango objetivo, pero también estuvo en línea con lo previsto por los analistas, según la encuesta de Citi México. De los 34 participantes consultados, 33 anticiparon una baja de 50 puntos base, lo que confirma que el mercado ya descontaba esta decisión.
La inflación sigue dentro del rango tolerado por el Banco de México
Pese a que la inflación general en México mostró un repunte en abril al ubicarse en 3,93% anual, sigue dentro del rango tolerado por el Banco de México, que va del 2% al 4%. Este comportamiento se atribuye en gran parte a aumentos en productos pecuarios, según datos del Inegi.
De igual manera, el Índice Nacional de Precios al Consumidor acumula tres meses al alza, lo que justifica un enfoque aún cauteloso (La CDMX está entregando $12,000). Sin embargo, la inflación que excluye bienes con alta volatilidad, también se elevó hasta alcanzar el mismo nivel que la general, 3,93%.
Cabe mencionar que se trata del dato más alto desde agosto de 2024, lo que llevó a Banxico a revisar sus previsiones, pero para el segundo trimestre de 2025, la expectativa inflacionaria se ajustó de 3,5% a 3,9%, tanto en su componente general como en el subyacente pero la prioridad es que la inflación de 3% en el mediano plazo.
El recorte a la tasa de referencia por parte del Banco de México
Desde principios de año, la Institución había señalado que el combate contra la inflación había señalado que el combate contra la inflación había entrado en una nueva etapa, lo que implica que el nivel de restricción monetaria necesario ya no sería tan severo como el aplicado durante la emergencia sanitaria.
En comparación con otras economías, como Estados Unidos, donde la Reserva Federal ha mantenido sus tasas sin cambios, la postura mexicana refleja una mayor disposición a flexibilizar el entorno crediticio, pero aunque lo hace con prudencia, priorizando siempre la estabilidad de precios.
Lo cierto es que el consenso del mercado prevé que la tasa siga descendiendo hasta alcanzar un 7,75% a finales de 2025, siendo que estas proyecciones están sujetas a revisión constante, en función de cómo evolucionen las presiones inflacionarias y los indicadores globales y locales.
La trayectoria en desarrollo rumbo a la meta inflacionaria
Por el lado de Banxico, estiman que la convergencia hacia su meta de inflación no se logrará antes del tercer trimestre de 2026, siendo que esta proyección responde a un contexto económico global donde continúan algunos factores de riesgo.
Estos factores serían las disrupciones en cadenas de suministro, inestabilidad geopolítica, eventos climáticos extremos y cambios en las políticas comerciales de potencias como Estados Unidos. Además, el banco también identificó riesgos internos, como una posible depreciación del peso, presiones de costos y una persistencia de la inflación subyacente.
Si bien hay desafíos, la institución considera que el balance de riesgos mejorará de manera gradual, debido a una menor intensidad de los choques internacionales. En este sentido, Banxico reafirmó que la política monetaria no se relajará de forma abrupta, sino de manera gradual y calibrada.