El Banco Central de la República Argentina (BCRA) decidió reinstaurar la llamada “restricción cruzada”, una medida que impide a los ahorristas operar simultáneamente en el mercado oficial y en los financieros. Con esta decisión, quienes compren dólar oficial no podrán acceder al MEP o al contado con liquidación (CCL) durante 90 días, y viceversa.
La medida del Banco Central (BCRA) y su alcance
La norma apunta a frenar el mecanismo conocido como “rulo”, que permitía obtener ganancias rápidas gracias a la diferencia entre ambas cotizaciones, pero este viernes, el BCRA comunicó que la restricción vuelve a regir para todas las personas humanas, no solo para empresas o directivos bancarios como ocurría hasta ahora.
Lo que se busca con esto es “evitar distorsiones” en el mercado cambiario, según explicó el organismo monetario, intentando poder limitar el arbitraje que incrementaba la presión sobre las reservas internacionales en un contexto de alta volatilidad (el apoyo importante que recibió el gobierno), lo que obliga a esperar un plazo de 90 días entre operaciones en mercados distintos.
Así, quienes adquieran dólares en la plaza oficial deberán esperar tres meses antes de poder utilizarlos para comprar bonos que luego se liquiden en dólares financieros. A la inversa, quienes opten por el MEP o el CCL también quedarán imposibilitados de acceder al tipo de cambio oficial en ese período.
En palabras de Federico Furiase, director del BCRA y asesor de Luis Caputo, “la medida no impide que las personas humanas compren dólares para ahorrar en el MLC. Lo que no permite es que con esos dólares abastezcan el mercado de dólares financieros. La decisión busca evitar distorsiones en el mercado de cambios”.
¿Cómo funcionaba el “rulo” cambiario?
La operatoria conocida como “rulo” se basaba en aprovechar la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el financiero. El mecanismo era sencillo: se compraban divisas al tipo de cambio oficial y luego se vendían en el mercado MEP o CCL, donde el precio era más alto.
Esa diferencia, que en los últimos días rondó el 5%, dejaba una ganancia asegurada en pesos; con esos pesos, el inversor podía repetir la operación varias veces. Si bien la maniobra no era ilegal, el BCRA consideraba que afectaba la estabilidad del mercado, sobre todo en jornadas de alta demanda.
Según estimaciones de la consultora PxQ, los ahorristas adquirieron alrededor de US$ 14.730 millones tras la flexibilización del cepo. De ese total, unos US$ 5.639 millones se destinaron a “otras inversiones”, categoría que incluía justamente la compra en el mercado oficial y la posterior venta a precios financieros.
Repercusiones en el mercado y los vencimientos de la deuda
Este hecho, para algunos analistas, representa un endurecimiento del cepo cambiario que podría aumentar la brecha en el corto plazo y un retroceso en términos económicos. Desde CGR Consulting señalaron en redes sociales: “Se acabó el rulo”, al advertir que el mercado reaccionó ampliando la diferencia entre el dólar oficial y el MEP.
Otros especialistas remarcaron que el Gobierno busca ganar tiempo hasta que ingresen divisas del sector agroexportador, con ingresos cercanos a US$ 1.500 millones, que comprometió alrededor de US$ 7.000 millones en la última ventana de liquidación.
El BCRA llegó a vender más de US$ 1.100 millones en apenas tres ruedas para sostener la cotización oficial, siendo que la autoridad monetaria quemaba divisas cuando las reservas netas siguen en terreno negativo debido a un calendario de vencimientos de deuda sin fondos disponibles, algo que incluso reconoció el propio ministro de Economía, Luis Caputo.
Pese a esto, el gobierno espera recomponer el colchón de dólares y estabilizar la situación cambiaria. Tras la asistencia externa, los activos argentinos se desplomaron y el riesgo país superó los 1.500 puntos básicos (esto le dijo Trump al gobierno argentino), pero todo esto ocurre luego del discurso del presidente Javier Milei tras el anuncio del financiero del Tesoro de Estados Unidos a la administración actual, que aportó algo de calma.