El entredicho comercial entre Estados Unidos y China, suma otro capítulo más luego de nuevas declaraciones del presidente Donald Trump, porque este acusó a Pekín de haber quebrantado un compromiso clave firmado en abril. Así, esta afirmación reavivó un conflicto que había sido parcialmente atenuado gracias al acuerdo alcanzado en Ginebra.
Este pacto, tiene en cuenta una reducción temporal de los aranceles que ambas potencias mantenían sobre sus productos, también se estableció un plazo de 90 días durante el cual Washington bajaría sus tasas al 30%, mientras que China haría lo propio, disminuyendo las hasta un 10%.
Dentro de esta tregua, se buscaba facilitar un diálogo más amplio entre ambas economías, pero el 30 de mayo, Trump volvió a criticar a China a través de su red Truth Social, afirmando que el gigante asiático había “violado completamente” el pacto. La Casa Blanca no tardó en respaldar esta postura, provocando una reacción inmediata del gobierno chino.
Desde Pekín le responden a Trump de manera contundente
El Ministerio de Comercio de China emitió un comunicado en donde rechazó de manera categórica las acusaciones estadounidenses. En ese escrito, las imputaciones carecen de fundamento y tergiversan los hechos acordados en Ginebra. “Rechazamos firmemente estas acusaciones irrazonables”, sostuvo el ministerio.
Asimismo, Pekín defendió su papel en el acuerdo, señalando que pudo actuar con transparencia y compromiso en su implementación. A la vez, acusó a Estados Unidos de continuar aplicando medidas que socavan el espíritu del consenso alcanzado, con restricciones a la exportación de tecnología sensible y la revocación de visas para estudiantes chinos.
Por otro lado, la reacción que viene del país asiático, no solo negó incumplimientos, sino que le indicó a Washington a retomar el camino diplomático. “Le pedimos a Estados Unidos corregir sus acciones equivocadas y a preservar conjuntamente el consenso alcanzado en Ginebra”, sentencia el comunicado.
El desacuerdo entre países enfrenta cierto trasfondo tecnológico
Entre los puntos más delicados en la disputa actual gira en torno al acceso a componentes estratégicos, que según reportes del Wall Street Journal, Estados Unidos considera que China está demorando de manera deliberada la emisión de licencias de exportación para tierras raras y materiales para semiconductores.
Algunos funcionarios estadounidenses expresaron su preocupación por el posible uso de estas prácticas como medida de presión. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, afirmó en una entrevista que este comportamiento “no corresponde a un socio comercial confiable” y expresó confianza en que un diálogo directo entre ambos mandatarios podría allanar el cambio hacia una solución.
A esta acusación se sumó el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, quien anticipó que podría haber contacto directo “esta semana” entre Trump y Xi Jinping, que de confirmarse, sería un intento por desbloquear el conflicto en la antesala de nuevas medidas económicas.
El entorno comercial se complicó por decisiones judiciales en Estados Unidos
El Tribunal de Comercio Internacional dictaminó que el Ejecutivo no puede imponer de manera unilateral aranceles recíprocos por encima del 10% sin autorización del Congreso, esto ataca de manera directa a las medidas aplicadas no solo a China, sino también a socios como México y Canadá.
Ante esta resolución que fue apelada por la administración, lo que mantiene vigente el debate legal sobre la autoridad del presidente en materia arancelaria. En el mientras tanto, China da lugar a que sus acciones son legítimas y están orientadas a proteger sus intereses frente a políticas que considera discriminatorias.
Por su parte, el Ministerio de Comercio chino también realizó una advertencia de que continuará adoptando medidas fuertes si Washington no se rectifica. Varios altos funcionarios estadounidenses expresaron la expectativa de que una conversación directa entre Trump y Xi Jinping pueda producirse en los próximos día.
