Mayo trajo algo de alivio para la industria mexicana, después de un arranque de año irregular, el sector logró encadenar dos meses al hilo con números positivos. Si bien no se trata de un salto espectacular, pero sí una señal de que algunas actividades clave empiezan a moverse otra vez.
El dato oficial indica que la producción industrial avanzó poco más de medio punto porcentual frente a abril pese a que puede parecer mínimo, aunque significa bastante para un sector que sigue enfrentando nubarrones, sobre todo en áreas como la minería.
Por otro lado, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) explicó que, descontando efectos de calendario, se observa un repunte que, por ahora, depende mucho de un motor: la construcción.
La construcción en mayo es lo que termina salvando la jornada
Sin duda, fue la actividad que más empujó la cifra global, gracias a obras de edificación que volvieron a generar movimiento. El crecimiento mensual rondó el 2.8% y ayudó a compensar el flojo desempeño de otras ramas.
Bajo este aspecto sucede que detrás hay nuevos proyectos, trabajos especializados y cierta reactivación de obras que habían quedado en pausa. No obstante, varios analistas coinciden: para que esta mejora sea duradera, se necesitan inversiones constantes y reglas claras.
De lo contrario, la construcción puede frenar en seco, pero se trata de un sector sensible a la confianza, a los presupuestos públicos y a la decisión de empresas privadas que, en tiempos de incertidumbre, suelen pisar el freno.
La minería tira para abajo y es una piedra en el zapato
La minería volvió a ubicarse como el componente con peores resultados dentro de la actividad industrial por eso de forma mensual, el sector extractivo disminuyó 1.1%, mientras que, al comparar con mayo del año pasado, la caída fue de 8.4%, profundizando la tendencia negativa que arrastra desde hace varios meses.
Según se dio a conocer la producción minera se vio afectada por factores globales y locales, incluyendo precios internacionales, menores volúmenes de extracción y una baja inversión en exploración, entonces esta situación incide en el balance anual de la industria en general.
Por su parte, la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, junto al suministro de agua y gas, presentó un ligero repunte mensual de 0.4%. Sin embargo, en comparación interanual, este subsector retrocedió 3.8%, lo que evidencia la falta de dinamismo suficiente para revertir el saldo negativo acumulado.
Energía y servicios: tuvo crecimiento frente al mes anterior
Otro rubro que mostró un leve avance fue el de generación de energía, agua y gas. En mayo creció 0.4% frente al mes anterior pero es poco, pero ayuda a mantener el indicador mensual en terreno positivo.
Sin embargo, los datos anuales cuentan otra historia ya que si se compara con el mismo mes de 2024, la caída es de casi 4%. La explicación apunta a la falta de nuevos proyectos, problemas en infraestructura y ajustes que no siempre se traducen en más producción.
De todas formas, el sector energético es clave para sostener la industria, por eso su desempeño preocupa. Si no despega, frena también a otros eslabones productivos que dependen del suministro constante.
Manufactura resiste con cautela: este sector varía
Dentro de los componentes industriales, las industrias manufactureras continúan mostrando avances mes a mes, aunque con poco crecimiento. En mayo, este sector tuvo una variación mensual de apenas 0.1%, lo que se traduce en una recuperación moderada tras varios periodos.
A nivel anual, las manufacturas registraron un alza de 1.4%, cifra que refleja una leve mejora frente a otros sectores que enfrentaron caídas pero su impulso sigue siendo frágil, pues la demanda interna y externa no muestra todavía señales de gran fortaleza.
Para tener en cuenta, el Indicador Mensual de la Actividad Industrial es una pista para prever cómo se moverá el Producto Interno Bruto. De ahí la relevancia de seguirlo de cerca pero mientras la construcción se mantenga dinámica, hay margen para pensar en una leve recuperación.