El Fondo Monetario Internacional (FMI) destaca la importancia de mantener políticas monetarias prudentes en América Latina, especialmente en un escenario de incertidumbre global. Para el organismo, esta estrategia es clave para consolidar las economías de la región y prevenir una crisis económica generalizada. Estas advertencias provienen de la monitorización del FMI sobre la zona y el mercado actual.
Según el subdirector del FMI, Nigel Clarke, estamos en un momento donde se debe apostar por la continuidad de los planes fiscales y no hacer cambios bruscos en los marcos de la política. Esta declaración resalta la necesidad de estabilidad y consistencia en el manejo económico de los países latinoamericanos, al evitar acciones que puedan generar volatilidad o debilitar la posición de los países ante un eventual choque económico.
Las recomendaciones del FMI para la región
Según el monitoreo que el FMI ha mantenido sobre la región latinoamericana y a pesar de que el impacto económico ante el covid-19 y otras fluctuaciones en el mercado global, se han encontrado con una resiliencia sorpresiva en los países de esta región, las proyecciones de crecimiento son moderadas, en estas, el FMI destaca desafíos estructurales como la baja productividad y la escasa inversión en el sector privado.
La principal preocupación del FMI es la necesidad de consolidación fiscal para reducir los niveles de deuda pública que en muchos casos han vuelto a los niveles vistos durante la pandemia. Desde el fondo se aboga por el fortalecimiento de los marcos fiscales en la región, incluyendo el establecimiento de gasto plurianuales, el aumento en la transparencia presupuestaria y la mejora en la coordinación en los niveles de gobierno
Uno de los puntos en los que se ha insistido, es en la necesidad de erradicar por completo la inflación en la región, asegurando que su control sea duradero. Dicho objetivo solo puede cumplirse si se implementan medidas para impulsar la resiliencia y el potencial económico de crecimiento a mediano plazo. Empleando estrategias moderadas respecto a sus planes fisacales.
El FMI está contribuyendo al crecimiento económico de los países latinoamericanos mediante asistencia financiera y asesoría técnica. La ayuda se enfoca en modernizar sistemas de información económica, capacitar profesionales en administración fiscal e impulsar reformas estructurales en cada país para garantizar estabilidad macroeconómica de acuerdo con sus propias características de partida.
Un período de volatibilidad no solo en los países latinoamericanos
Uno de los grandes protagonistas de la volatibilidad del panorama económico actual es Estados Unidos. La posibilidad de una guerra de aranceles por el efecto Trump y el cambio en las políticas comerciales estadounidenses puede impactar el comercio global, creando incertidumbre para las empresas e inversores. Las sanciones impuestas a las exportaciones mexicanas son una muestra de este panorama.
La persistencia de presiones inflacionarias por parte de bancos como la reserva federal de estados unidos y el banco central europeo son un factor clave sobre la trayectoria futura de los tipos de interés. Las decisiones sobre el recorte y tiempo de las tasas de interés en muchas ocasiones marcan el comportamiento del mercado, es por ello que los bancos centrales respectivos reaccionan con precaución ante las medidas arancelarias.
El panorama militar en el que están sumidas algunas de las grandes super potencias como la guerra en Ucrania, con Rusia como actor principal y Estados Unidos con una participación a nivel de recursos y soporte bastante importante, y las tensiones en medio oriente con el conflicto armado entre Israel y palestina generan incertidumbre sobre los precios de energía y materias primas, lo que contribuye a comportamientos volátiles del mercado.
Esa misma incertidumbre disminuye la inversión extranjera en la región latinoamericana, lo que afecta a la creación de empleo y las expectativas de crecimiento a largo plazo, así como la depreciación de las monedas locales en busca de la seguridad que pueden proporcionar monedas extranjeras como el dólar y el Euro o algunas criptomonedas.