El encuentro previo a la Cumbre del Grupo de los 7 (G7), que reunirá a los jefes de Estado de las principales potencias económicas del planeta durante el próximo mes de junio, se llevó a cabo durante este miércoles con la presencia de los Ministros de Finanzas y gobernadores de los Bancos Centrales de Estados Unidos, Japón, Italia, Reino Unido, Alemania y Canadá, que este año asume la presidencia pro tempore del grupo. Contando además con invitados relevantes como el Ministro de Finanzas de Ucrania, la reunión tuvo como objetivo abrir el sendero para que el G7 en pleno pueda concretar acuerdos favorables para el desarrollo económico mundial.
Ministros de Finanzas allanan la discusión sobre el presente y futuro de la economía mundial
Los responsables de economía del G7 se propusieron allanar el camino respecto a los desafíos fundamentales que enfrenta el mundo actual en materia financiera y de desarrollo. En ese sentido, la declaración inicial del Ministro anfitrión François-Philippe Champagne en su declaración inicial afirmó que el objetivo del bloque es garantizar la estabilidad del sistema financiero además del crecimiento inclusivo y sostenible.
Así, los representantes del G7 enunciaron entre otros, los temas relacionados con las políticas comerciales e industriales de Estados Unidos y China, que han trazado un escenario de inestabilidad para el mundo entero, incluyendo para las economías desarrolladas y que son ahora son el impulso fundamental para la toma de decisiones de política en todas las naciones.
Igualmente, otro de los puntos fundamentales fue el apoyo demostrado a Ucrania, mediante la presencia de su Ministro de Finanzas como invitado a la reunión, lo que dió un mensaje claro en cuanto a la postura que sostienen los miembros del G7 en cuanto al conflicto Rusia – Ucrania, ante el cual incluso concluyeron que evaluarían aplicar sanciones concretas a Rusia en caso de no alcanzar acuerdos de paz definitivos.
Miembros del G7 presentan diferencias con Estados Unidos
Para los ministros de Finanzas del G7, las políticas comerciales y arancelarias aplicadas por la administración de Donald Trump generan tensiones dentro del grupo, pues según lo expresado por varios de los asistentes las sanciones y restricciones económicas pueden frenar el crecimiento global, causando rezagos en las naciones que conforman este bloque, afectando sus ingresos y el desarrollo general de su población y economía.
Al respecto, aunque hubo pocos detalles en cuanto a la reunión se conoció por la declaración de algunos de los presentes que algunas de las conversaciones bilaterales y plenarias estuvieron cargadas de tensión debido a las diferentes visiones que tienen cada uno, particularmente con Estados Unidos, quien desde la llegada de Donald Trump viene aplicando políticas de reindustrialización y retorno de inversiones hacia su país.
De este modo, los integrantes del G7 manifiestan una preocupación en cuanto que las políticas de desarrollo y atracción de inversiones de los Estados Unidos pueda incidir en nuevas sanciones económicas que culminen en un retraso financiero o incluso posibles recesiones. No obstante, todos sostuvieron que el tono de las conversaciones se mantuvo dentro de un ambiente cordial y productivo.
Encuentro sin declaración conjunta y extendido hasta el próximo jueves
Aunque las expectativas del encuentro se centraron en la demostración de un acuerdo conjunto, suscrito por todos los asistentes y con finalización en este mismo día, las tensiones generadas ante temas como los aranceles ocasionaron que los representantes del G7 propongan un día más de reuniones, en el cual más que esperar un comunicado único, cobra relevancia la unidad en cuanto a la visión de los objetivos, según señalan los ministros.
De este modo, celebraron la presencia del Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, acompañando al presdiente de la FED, Jerome Powell quien ha estado en medio de controversias por las diferencias sostenidas con el presidente Donald Trump. Por lo que el contar con el Secretario del Tesoro puede señalar avances en cuanto a una visión unificada por parte de todos los miembros del G7.