La situación de los aranceles de Estados Unidos con Japón volvió a dar que hablar, debido a las medidas del presidente de Donald Trump que decidió retomar su política de presión sobre algunos socios estratégicos de Asia, esta vez con medidas que podrían alterar la dinámica de exportaciones e importaciones establecida durante años.
En las últimas horas, la Casa Blanca comenzó a enviar notificaciones oficiales a gobiernos extranjeros, dejando en claro que las reglas cambiarán de forma drástica si no se alcanza un consenso antes de la fecha límite. Para Japón y Corea del Sur, dos de los principales exportadores hacia Norteamérica, el mensaje no deja lugar a interpretaciones.
Según se dio a entender que ambos países enfrentan la posibilidad de ver gravados sus envíos hacia territorio estadounidense con un impuesto sustancial. Esto es por que Trump denomina como una corrección a un intercambio desigual que, según él, ha perjudicado la balanza comercial de Estados Unidos durante décadas.
Un mensaje directo desde la Casa Blanca
Fue a través de su red social Truth Social donde el presidente norteamericano hizo públicas las cartas dirigidas a los líderes de Japón y Corea del Sur. Los documentos subrayan que Washington busca modificar lo que considera una relación desequilibrada, insistiendo en que la apertura de mercados debería ser recíproca.
En las misivas se detalla que, de no concretarse un pacto antes del plazo fijado, todos los productos que lleguen desde esas dos naciones deberán asumir una carga arancelaria considerable. En otras palabras, la estrategia apunta a forzar la eliminación de barreras comerciales y otras restricciones que, a juicio de Trump, obstaculizan a las empresas estadounidenses.
Aunque la advertencia no es nueva, sí representa un un cambio que podría traer consecuencias en la política de comercio exterior. La administración había puesto en pausa estos gravámenes durante tres meses, en un intento de dar margen a las negociaciones bilaterales. Ahora, sin avances claros, Washington reactiva la amenaza.
Aranceles del 25% si no se llega a un acuerdo
La novedad que más ruido generó en los mercados es que, si Japón y Corea del Sur no logran acordar nuevas condiciones de intercambio con Estados Unidos, sus exportaciones se verán afectadas por una tasa del 25 % a partir del 1 de agosto. Este gravamen se aplicará de forma automática a toda mercancía que ingrese por puertos y aduanas estadounidenses.
En el mismo mensaje, Trump advirtió que la medida podría ir más allá, pero si cualquiera de los dos países decide responder elevando los impuestos a bienes procedentes de EE.UU, la Casa Blanca añadirá esa misma proporción a la tarifa ya anunciada. De este modo, el porcentaje podría incrementarse por encima del 25 % base.
Esta postura se inscribe en lo que el mandatario ha calificado como aranceles recíprocos. Para Trump, es la vía para presionar la apertura de mercados extranjeros y reducir un déficit que, según la Casa Blanca, se mantiene como un problema estructural en la economía estadounidense.
Estas presiones dieron impacto en lo económico y en los mercados
La nueva ronda de presiones generó reacciones inmediatas en los principales índices bursátiles, apenas se conocieron los detalles de las cartas oficiales, el S&P 500 experimentó una caída cercana al 0,8 %, reflejando la inquietud de los inversores ante una posible escalada de tensiones comerciales.
Para las compañías multinacionales que dependen de la estabilidad de las cadenas de suministro entre Asia y Norteamérica, el anuncio revive el fantasma de conflictos arancelarios pasados, los analistas coinciden en que la medida podría alterar el flujo de bienes, elevar costos de importación y trasladar esa presión a consumidores finales.
Ante esto, el gobierno estadounidense busca tener nuevos pactos marco con otras potencias para evitar problemas siendo que Reino Unido, Vietnam y China ya se alcanzaron acuerdos preliminares pero Japón y Corea del Sur siguen con negociaciones.