Hay un elemento que constituye el cáncer de toda sociedad que impide su desarrollo y destruye todo a su paso, extendiéndose cada vez más y más. Por desgracia, en México tenemos una gran dosis de esta situación, que nos está afectando en todos los niveles económicos y productivos. ¿Seremos capaces de revertir la situación o estamos condenados a padecerla de por vida?
Una situación que se extiende como un cáncer y amenaza todo a su paso
La economía y seguridad de un estado, es muy similar a nuestro cuerpo. Si algo falla, las defensas se debilitan y comienzan a darle paso al mal, tal como sucede con el cáncer. Cuando una célula se infecta, si nuestro organismo no está apto para combatirlo, sucumbe en el desastre.
Destruye todo lo que hay en su paso, extendiéndose hasta llegar a nuevos órganos. Hasta que llega el punto en que no hay marcha atrás, y todo nuestro cuerpo está infestado. Esa misma situación ocurre en la sociedad, algo que crece y crece como una sombra sin freno.
El cáncer de la sociedad que incluso afecta a México, es la extorsión. Por desgracia, este tema ocurre en muchas partes del mundo, pero cifras oficiales, están detallando datos de alarma para el país. Se habla de un aumento del 4,4 % en extorsión.
Puede que no parezca una gran cifra, pero si lo llevamos a números reales, significa que alrededor de 31 personas, todos los días, son víctimas de este delito. Allí sí cambia la perspectiva con historias reales, donde nos damos cuenta de que esta situación en aumento, pone en riesgo nuestra economía y seguridad.
Así es como actúan ante la mirada de la ley, ¿estamos seguros o expuestos?
Detrás de cada extorsión, hay una historia de temor, de sueños rotos, empleos perdidos o negocios cerrados. Esa es una realidad que se vive día a día, y que, por desgracia, se ejerce bajo la mirada de la ley. Generalmente, sucede con más frecuencia en zonas fronterizas.
Una de las formas más comunes es el cobro de piso, en donde grupos criminales castigan a los pequeños y medianos comercios. Además, en regiones de frontera, se establece que la extorsión aumentó en un 15,2 % durante el año 2025.
¿Por qué sucede? Son varios los factores que influyen, uno de los principales es la actividad económica sin presencia institucional. De hecho, en México hasta Sheinbaum admite el bajo crecimiento económico, por lo que, se genera un entorno ideal para la impunidad y desconfianza de las autoridades.
Si la extorsión aumenta, significa que el estado no está protegiendo a la población como se debe, en consecuencia se necesita reforzar la seguridad pública. Si la justicia no es tomada en serio, o los ciudadanos pierden la fe en ella, se crea el escenario ideal para que los criminales se apoderen.
En una situación donde los ciudadanos temen por su seguridad, el comercio desaparece poco a poco, lo que lleva a una economía más débil, pocas inversiones, e incluso hasta que las familias deban tomar nuevos rumbos y abandonen sus hogares para sobrevivir.
¿Podremos salir de esta oscuridad? Hay esperanza si se actúa rápido
La buena noticia es que todavía hay una luz de esperanza. Pese a los altos niveles de extorsión en el país, ese cáncer no ha llegado a todos los sectores y estados, por lo que se puede revertir o al menos frenar. El gobierno está creando un acuerdo nacional, que busca reactivar la economía.
Dicho plan, incluye crecimiento comercial e industrial (ya hubo reuniones en privado con el CEO de HSBC), bajo la mirada gubernamental, a fin de evitar que el crimen tome poder de esta actividad e inversión. A su vez, se prepara una ley para sumar recursos a financiamientos de vivienda y construcción.
Son proyectos que ayudarán en teoría, pero para detener ese cáncer que tanto afecta la seguridad y economía, también se debe tomar acción para garantizar que sus inversiones se materialicen, y no terminen en manos de extorsionadores. Por ello, hace falta depurar las instituciones públicas y órganos de seguridad, así como reconstruir la confianza de ciudadanos.
