En todo el mundo ocurren tragedias que terminan ocasionando la muerte de alguna persona, sin embargo, tener normas de seguridad eficientes pueden hacer una gran diferencia y hoy lo veremos evidenciado en las estadísticas de una ciudad europea que se está transformando en un ejemplo a seguir.
Hay tragedias que sí pueden evitarse
En la mayoría de las grandes ciudades del mundo, los accidentes con muertes de peatones, ciclistas y conductores, ocurren con tanta frecuencia que a menudo son vistos como una realidad inevitable que termina siendo aceptada con resignación.
Pero mientras otras ciudades solo se resignan a las tragedias, en el norte de Europa, hay una ciudad que ha logrado lo que parecía imposible, demostrado que con políticas inteligentes si es posible tener calles seguras.
La protagonista de este logro es Helsinki, una ciudad que logró completar un año, sin ninguna muerte por accidentes de tráfico, gracias a un plan donde dejaron de ver las muertes como algo inevitable y comenzaron a verlas como algo inaceptable.
Un plan muy claro y detallado
El logro va de la mano con el programa Visión Cero de la Unión Europea, que tiene como meta eliminar las muertes en la carretera para el año 2050 y para lograrlo, el Ayuntamiento local implementó un programa de mejora de la seguridad en las vías con acciones muy concretas.
La medida más importante fue la reducción del límite de velocidad, pues ahora, en más de la mitad de las calles de la ciudad y en todas las zonas alrededor de las escuelas, el límite máximo es de 30 kilómetros por hora, aunque en México también existen algunas regulaciones similares.
Esta simple acción, pareciera que no hace una gran diferencia, pero en realidad tiene un efecto enorme en la seguridad, especialmente en la de los peatones, ya que el riesgo de muerte de una persona que es atropellada por un auto se reduce a la mitad si la velocidad del coche baja de 40 a 30 km/h.
Las calles de la ciudad también se rediseñaron, las hicieron más estrechas y se plantaron más árboles, con el objetivo de que los conductores sientan la necesidad de bajar la velocidad y conducir con más cuidado, en vez de apresurarse.
Pero el éxito de Helsinki no solo se basa en la velocidad, sino también en la infraestructura, pues la ciudad ha invertido de manera significativa para construir una red de más de 1500 kilómetros de ciclovías y ha mejorado sus espacios para peatones.
¡Y eso no es todo! La ciudad también puso un énfasis especial en el transporte público, invirtiendo en vehículos más modernos y libres de carbono y se construyó una nueva línea de tranvía, para que el transporte en bus o tranvía sea una opción mucho más atractiva.
La ciudad europea que es un ejemplo a seguir
La hazaña de Helsinki no ha pasado desapercibida en Bruselas, donde la Comisión Europea está presionando a los Estados miembros para que cumplan el objetivo de reducir a la mitad las muertes en carretera para el año 2030, pero la mayoría de los países europeos no están cerca de lograrlo.
Sin embargo, los otros países no deben ver esto como una desmotivación ¡al contrario! deben ver a Helsinki como un verdadero ejemplo a seguir y una prueba de que con políticas inteligentes y compromiso se pueden lograr grandes resultados.
Helsinki ha demostrado al mundo que las calles no tienen por qué ser lugares de tragedia, sino que pueden ser espacios seguros para todos, solo falta que las demás ciudades y países empiecen a tomar medidas más serias, como la licencia obligatoria para todo lo que se mueva, una medida que se está implementando en México.