Como sabes, el abastecimiento del agua siempre ha sido un problema en nuestro país, pero no solo para los mexicanos, ya que también Estados Unidos quiere una rebanada del pastel en medio del conflicto.
Por si no lo recuerdas, los mexicanos y los estadounidenses son más que vecinos, son socios comerciales en muchos aspectos, incluyendo el agua. Sí, el líquido más importante debe compartirse entre ambos países por un tratado que hicieron hace muchos años; y ahora continúan los problemas todo por culpa de un enemigo en común: la sequía.
Enemigos por el agua
Como bien sabes, desde hace meses, México enfrenta problemas con el agua debido a que no llovió en las fechas que se esperaba y aunque recientemente empezaron las tormentas, esto no es suficiente para abastecer las presas y los años que no hubo agua.
La falta de lluvias y el uso desmedido de recursos por parte de los ciudadanos, provocó que México redujera sin querer el reparto del líquido a Estados Unidos mientras se estabilizaba para poder otorgar la parte que le correspondía.
Seguramente estás pensando que los estadounidenses no vieron con buenos ojos este gesto y sí, tienes razón, pues de inmediato comenzaron a preguntar por su agua faltante, lo que desató la preocupación de las autoridades y de los propios ciudadanos, ya que recientemente el presidente de Estados Unidos estuvo aplicando medidas controversiales que afectaron la economía de muchos países, incluyendo México.
El problema es que México no ha podido dar lo que no tuvo. Las lluvias no se hicieron presentes en muchos años, lo que provocó que los niveles de las presas bajaran a números alarmantes y las autoridades prefirieron dar prioridad a los cultivos que al tratado, ¿Estuvo mal?
La disputa crece, pero el agua baja
Las autoridades de ambos países están buscando soluciones para llegar a un acuerdo, pero la realidad es simple: el agua no está creciendo para ningún lado. Tan solo en México, las presas se mantienen por debajo de los niveles óptimos para funcionar, porque las lluvias no cayeron en las zonas que más lo necesitaban.
Las presas en Chihuahua tienen niveles por debajo del 14 por ciento de su capacidad total, cuando lo más recomendado es que funcionen por arriba del 26.52 por ciento. Hay otras presas que tienen agua por debajo del 5 por ciento, por lo que no pueden ni siquiera operar.
Las ciudades que tienen niveles alarmantes de agua necesitan pedir prestado el líquido a otras entidades para que sus habitantes puedan tener un poco del recurso o de lo contrario no pueden hacer nada.
La sequía se ha mantenido por meses sin que las cosas mejoren, pero las autoridades están implementando estrategias para modernizar los recursos y poder salir adelante, permitiendo que los habitantes puedan continuar con sus trabajos en el campo.
Las temperaturas extremas no están ayudando tampoco. Los termómetros en las ciudades fronterizas están marcando hasta 45 grados centígrados, sin mencionar que las lluvias no se han aparecido por estos lados, lo que preocupa en exceso a los ciudadanos y productores que hasta se han puesto a rezar para que caigan un para de gotitas por el bien de la producción y de las presas.
El conflicto entre los mexicanos y los estadounidenses es un cuento que no tiene fin, porque no hay una fecha exacta para que las presas de nuestro país se recuperen como para satisfacer a los mexicanos y a los intereses del vecino del norte. Solo queda esperar para saber si en algún momento la sequía terminará o si Estados Unidos tomará alguna medida en el futuro para terminar con el problema.