Sabemos que la energía eólica es amigable con nuestro planeta y nos ahorra grandes cantidades de dinero, pero ahora, quieren llevar los proyectos al siguiente nivel. Ya no se trata de pequeños aerogeneradores, sino de un megaproyecto que controlará los vientos y cambiará los mares con unas curiosas murallas. Veamos de qué se trata.
Un megaproyecto de energía eólica
Las energías renovables son maravillosas, pues nos permiten reducir la dependencia de las fuentes convencionales al mismo tiempo que cuidamos nuestro planeta. Una de las más conocidas es la energía eólica, una energía llena de ventajas.
La principal ventaja de esta energía, es que el viento está presente en prácticamente todo el mundo, tanto de día como de noche, lo que permite tener un flujo de energía más constante y proyectos más ambiciosos.
Pero ahora, la innovación será mucho mayor, ya que en la costa de Noruega, están a punto de realizar un proyecto que rompe todos los esquemas, pues no se trata de las turbinas gigantes que conocemos, sino de una nueva estructura tan masiva que parece una muralla.
La protagonista detrás de esta creación es una empresa llamada Wind Catching Systems que ha recibido una inversión millonaria para construir unas enormes estructuras flotantes que podrían transformar por completo la industria de la energía.
Una muralla de energía eólica
Se trata de una tecnología llamada Windcatcher, pero a diferencia de los diseños tradicionales, esta ‘muralla’ no tiene una sola turbina, sino que es una gigantesca plataforma con 40 turbinas más pequeñas, de 1 MW cada una, trabajando juntas para generar una cantidad masiva de energía.
El proyecto es una apuesta de Noruega por liderar la próxima generación de energía eólica marina, demostrando que el futuro de la energía renovable podría estar en las innovaciones radicales y en un enfoque completamente diferente para aprovechar el viento.
El proyecto Windcatcher ha recibido un apoyo fundamental mediante una inversión de 200 millones de coronas noruegas (aproximadamente 102 millones de euros) por parte de Enova, una entidad gubernamental de Noruega.
Se espera que el proyecto se concluya en 2029 y según Wind Catching Systems, su plataforma podrá generar hasta 99 GWh al año, posicionándola como un elemento clave en la transición energética, al igual que las teclas de este curioso piano.
El ingenioso detrás de una muralla flotante
El diseño Windcatcher es una solución ingeniosa que aborda algunos de los mayores desafíos de la energía eólica marina, pues lugar de depender de una sola turbina gigante, el sistema utiliza 40 turbinas más pequeñas en un solo armazón flotante y se estima que la muralla tendrá una vida útil de 50 años.
Gracias a esto, el mantenimiento es mucho más fácil y menos costoso, ya que las turbinas pueden ser reemplazadas en el lugar y se realiza un uso más eficiente del espacio en el mar, reduciendo la superficie utilizada en más de un 80% en comparación con proyectos convencionales.
Noruega apuesta por un solo camino
Un punto muy curioso y controversial es que el gobierno noruego decidió financiar únicamente este proyecto en su última ronda de subvenciones, lo que generó bastante polémica, pues muchos se decepcionaron por la falta de apoyo a otros proyectos.
La decisión del gobierno demuestra que, en lugar de repartir las fichas, Noruega ha decidido apostar a lo grande por una única visión que podría darle una enorme ventaja si el proyecto tiene éxito, acerando la transición energética de una forma nunca antes vista.
La creación de esta muralla flotante no es solo un avance tecnológico, es un símbolo de cómo la innovación puede transformar los desafíos en oportunidades y, en el proceso, quizás incluso alterar los mares y controlar los vientos. Si todo sale bien, Noruega podría pasar a la historia, como un líder de la innovación en energía eólica y mientras eso sucede, México también tiene un proyecto muy ambicioso que ayudará a nuestro planeta.