Sabemos que conseguir fuentes de energía que sean amigables con nuestro planeta no es una tarea sencilla, sobre todo ahora que vivimos en una época tan moderna. El mundo está en una carrera muy intensa por el control de la tecnología y la Inteligencia Artificial, y en el centro de esta competencia global entre países está un recurso clave: la energía. Estados Unidos necesita una fuente de poder que sea gigante, estable y limpia si quiere superar a rivales como China y mantener su liderazgo tecnológico a largo plazo.
El problema de las energías limpias
El gran problema es que las fuentes de energía limpia que conocemos, como la solar o la eólica, no funcionan todo el tiempo; dependen del sol o del viento. Por otro lado, los centros de datos necesitan electricidad sin interrupciones, 24 horas al día, 7 días a la semana. Esto obligó al país a buscar una solución radical y permanente que no dependa del clima.
Para resolver este dilema, Estados Unidos ha tomado una decisión extrema y ha invertido miles de millones de dólares en una nueva estrategia: buscar energía en lugares imposibles que hasta ahora se consideraban inalcanzables. La meta es extraer esa fuerza directamente de las partes más profundas y calientes de la Tierra que nadie se atrevía a tocar.
La respuesta a esta búsqueda desesperada es el calor escondido en las profundidades de la Tierra, una fuente conocida como geotermia que se está redescubriendo. Este plan cobra una dimensión dramática con el volcán Kilauea en Hawái, que está en erupción constante, recordándonos que justo debajo de nuestros pies late una inmensa y olvidada fuente de poder.
Estados Unidos tiene una nueva esperanza
Este avance no se debe a los volcanes, sino a las máquinas de perforación más modernas que se puedan imaginar. Gracias a ellas, los lugares que antes eran «imposibles» se están abriendo. El primer gran invento son los sistemas geotérmicos mejorados (EGS), que permiten a los ingenieros romper rocas calientes bajo tierra para crear «piscinas» artificiales.
De esta forma, consiguen inyectar agua y obtener vapor para generar energía, incluso donde los depósitos naturales no existían. Y mientras eso sucede están haciendo experimentos extraños en el espacio. Pero la herramienta más impresionante de todas está diseñada para la roca supercaliente. Esto implica hacer perforaciones de más de cinco kilómetros de profundidad, hasta el extremo.
En estas zonas ultraprofundas, la temperatura es brutal, superando los 374 grados centígrados. Esta tecnología permite que el agua se comporte de forma extrema y eficiente. Con todas estas herramientas de perforación, la energía geotérmica ha dejado de ser un experimento para convertirse en una solución real, capaz de darle poder a la infraestructura que necesita la Inteligencia Artificial.
Un motor misterioso pero increíble
La presión por la energía 24/7 viene directamente de Silicon Valley. La energía subterránea podría cubrir dos tercios del consumo eléctrico de los nuevos centros de datos que se construirán en Estados Unidos en los próximos años. Por eso, los gigantes tecnológicos ya están tomando posiciones de manera agresiva.
Los casos de asociación se multiplican: Meta ha firmado un acuerdo con la startup XGS Energy para generar 150 MW de electricidad geotérmica antes de 2030, utilizando un sistema de circuito cerrado que evita fugas. Google ha hecho lo mismo, asociándose con Fervo Energy. Ambos buscan asegurarse un suministro de electricidad continuo, las 24 horas del día, algo que no tienen garantizado si solo dependen de la solar o la eólica.
Mientras el Kilauea continúa su coreografía inflándose, rugiendo y disparando lava a alturas que no se veían desde hace décadas el debate en Hawái ya no es solo geológico, sino político y cultural. ¿Debe el estado usar el calor que alimenta sus volcanes para robustecer su red eléctrica? Actualmente, hay tres agencias estatales compitiendo por 80 millones de dólares públicos para hacer pozos de prueba en Hawái, Maui y Oahu.
Allí donde la naturaleza muestra su potencia más salvaje, la tecnología ve una promesa. La geotermia es una energía olvidada que resurge con fuerza, justo en el momento en que Estados Unidos más necesita electricidad continua, abundante y limpia para competir con China y sostener la infraestructura de la inteligencia artificial. Esta carrera por perforar la Tierra y capturar su calor primigenio es el nuevo campo de batalla de la geopolítica tecnológica y mientras esa carrera avanza, México se enfrenta a una realidad incomoda.
