La sequía de agua nos está llevando a niveles que jamás pensamos, como si fuese la película Mad Max, pero en México, están comenzando a robar el agua, por ser tan necesaria para la vida. La zona norte del país enfrenta una de las sequías más fuertes de los últimos años.
¿Se viene un Mad Max México? Nos están robando el agua
La sequía en el norte de México es una realidad, que hasta la NASA nos ha advertido, pero no es eso lo que nos está afectando, hay un tema aún peor que aumenta las consecuencias de la falta de agua. En medio de esta posible crisis, se están robando los pocos niveles de agua que hay disponibles.
¿Estamos en Mad Max? Parece que la ciencia ficción no es tan irreal, y se está convirtiendo en un hecho. El robo de agua y la corrupción en el manejo del recurso, aumentan la crisis, particularmente en estados como Chihuahua, donde se han detectado más de dos mil 200 tomas clandestinas.
Que existan tomas clandestinas, significa que muchas personas se están aprovechando de los recursos sin ser detectados. Lo que pone en riesgo el abastecimiento del agua en comunidades que no reciben el suministro de manera constante.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en los últimos años se han descubierto más de cinco mil tomas clandestinas en el norte del país. Lo que se traduce en un desequilibrio en el suministro de agua. Muchos ni siquiera pagan por ella, y otros no la reciben en mucho tiempo.
Algunas de las regiones con mayor robo de agua
¿Cómo es posible que se roben el agua? Por desgracia, la red de corrupción que existe en algunas regiones, tiene un fuerte poder. Uno de los casos más preocupantes por su gran volumen de agua destinada a otros, es el del acuífero Laguna de Santa María 0818, en Chihuahua.
En este lugar se ha denunciado un sobreconcesionamiento ilegal con hasta el 60 % del volumen de agua subterránea a manos privadas. Campesinos de la zona han comentado que hay un cártel del agua, que acapara la mayor parte del recurso para ellos mismos, y dejando a comunidades secas.
Existen cultivos que requieren de riego constante, por lo que, las grandes empresas que acaparan el poder y los cultivos, se aprovechan de sus contactos que otorgan permisos de explotación de pozos de manera masiva, para mantener sus cultivos.
Por su parte, en estados como Coahuila, la situación es similar. En la Cuenca del Río Bravo, que abarca también Nuevo León y Tamaulipas, se duplicaron las tomas clandestinas en tan solo un año, llegando a mil 100. Lo que afecta mucho a los agricultores locales, quienes no pueden producir como antes.
La presión internacional no ayuda a esta situación, esto es lo que se espera para el futuro
Aunado al robo de agua, mal manejo de la misma y la sequía (que podría no ser lo peor), también se une una presión internacional para el cumplimiento de un tratado con Estados Unidos. A través del Tratado de Aguas de 1944, se obliga a México a transferir cierta cantidad de agua de los ríos Bravo y Colorado.
Pero, ¿Cómo se entrega algo que no tenemos? Con las presas por debajo del 15 % de su capacidad en estados como Chihuahua, es cada vez más difícil cumplir con este acuerdo. El incumplimiento podría desencadenar la guerra con Estados Unidos o mayores sanciones económicas.
En total, ocho de cada 10 municipios del país tienen algún problema con el suministro de agua o niveles de sus presas, lo que evidencia una crisis hídrica nacional que requiere atención inmediata. No se trata de solo evitar el robo de agua ilegal, también se necesita garantizar el acceso continuo.
Mientras se acaba el agua, y con los robos de la misma, unidos a la falta de control, impunidad y la priorización de intereses económicos sobre el bienestar común, puede llevarnos a una crisis insostenible. Millones de personas, principalmente en zonas rurales, enfrentan un futuro incierto sin acceso garantizado al agua.