México está comprometido con el cuidado de nuestro planeta y se ha propuesto la meta de dejar de depender del gas y el petróleo, y asegurar su futuro eléctrico mirando hacia el cielo. El país planea una expansión masiva de su capacidad de generación de energía, buscando «cosecharla» en las zonas más ventosas y soleadas de su territorio. Para satisfacer esta sed de energía, México necesita sumar una cantidad gigantesca de nueva capacidad, y lo hará de forma limpia, dejando atrás las viejas fuentes contaminantes. Acá te contamos los detalles.
México busca energía limpia
La demanda de electricidad está creciendo sin parar en el país, impulsada por el aumento de la población y el auge de nuevas tecnologías muy demandantes, como los grandes centros de datos y los coches eléctricos. El éxito de este proyecto no solo se trata de números y tecnología, sino de un cambio estructural en las reglas de juego.
El gobierno está implementando un nuevo método para ordenar el mercado y, lo más importante, dar más seguridad y confianza a las empresas privadas. Esta colaboración es la clave para desbloquear miles de millones de dólares en inversión que el sector privado tiene listos para construir el futuro energético del país, pero ¿De qué se trata?
La estrategia de México para superar los 10 Gigavatios (GW) de potencia para el año 2030 se basa principalmente en la energía eólica. Esto se logrará sumando 2180 MW de proyectos nuevos a los 7782 MW que ya están funcionando. Este crecimiento acelerado está impulsado por una nueva convocatoria que define exactamente dónde y cuándo se deben construir los nuevos parques de molinos de viento en varias regiones clave del país.
El asombroso poder del viento
La energía eólica ya es un pilar fundamental en México, de hecho, actualmente, hat 74 parques eólicos funcionando a lo largo de 15 estados, que utilizan más de 3300 aerogeneradores. Solo el año pasado, esta tecnología produjo una cantidad de energía suficiente para abastecer a más de 11 millones de hogares y evitar la emisión de 8.87 millones de toneladas de CO2, lo que es como si se sacaran de circulación a 2.3 millones de coches contaminantes.
La buena noticia para el bolsillo de todos es que el costo de la energía eólica ha bajado un 64% en los últimos años, lo que la hace cada vez más barata y competitiva. Los planes de expansión se enfocan en zonas estratégicas como Juchitán, San Luis Potosí, Chetumal y Saltillo, lo que asegura que la energía limpia e distribuya de manera más uniforme. Además, este crecimiento genera 9780 empleos, beneficiando a todos.
La inversión ya está lista
Aunque los planes de crecimiento del gobierno no siempre establecen metas claras para la energía limpia, el sector privado está ansioso por invertir. La Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE) afirma que hay 30 proyectos privados con todo listo para empezar a construir y quizá sean tan impresionantes como la energía en forma de oso panda. Estos proyectos suman una potencia de 5000 MW.
Sabemos que México tiene la oportunidad real de convertirse en un líder en energía renovable en América, superando la meta de los 10 GW eólicos antes de 2030. El éxito de esta transformación no será solo por la tecnología, sino por la colaboración: el gobierno y el sector privado deben trabajar juntos, simplificando los trámites y asegurando que las reglas permitan que los 6500 millones de dólares en inversión eólica lleguen a la red, construyendo así un futuro energético más limpio y estable para todos. Y si quieres conocer más avances como este, acá te contamos sobre la tecnología más prometedora del siglo.
