Todos amamos los avances tecnológicos, sin embargo, detrás de los titulares de progreso y las grandes cifras, hay una realidad más complicada que el propio Microsoft está aprendiendo por las malas. La tecnología a maravillosa, pero también tiene un precio muy alto y no sabemos si México estará dispuesto a pagarlo, pero ¿Qué está pasando?
México parece no estar listo
La inteligencia artificial y el desarrollo tecnológico prometen un futuro brillante para México, con el potencial de convertir al país en un líder regional. Grandes empresas como Microsoft, Amazon y Google han aterrizado con fuerza, trayendo consigo inversiones multimillonarias y la promesa de crecimiento.
No podemos negar que los titulares de progresos entusiasman a todos, pero detrás de eso hay una realidad más complicada, pues el verdadero problema no es la tecnología, sino la infraestructura que la sostiene, es decir ‘la nube’, pero ¿Qué pasa con ella?
Sucede que la llamada nube, de la que tanto dependemos, necesita de enormes centros de datos que consumen muchísima energía y en el caso de Microsoft, la empresa se dio cuenta, de la peor forma que la red eléctrica no tiene la capacidad suficiente.
El proyecto de Microsoft se ha visto afectado por la falta de capacidad en la red eléctrica de la CFE, lo que nos demuestra que lamentablemente el ritmo de la ambición tecnológica de las grandes empresas está superando la capacidad del país.
Atraer a los gigantes de la tecnología sin tener lo necesario podría salirle muy caro al país, pues aunque México tiene todo para convertirse en un paraíso tecnológico, el camino para llegar a serlo todavía enfrenta desafíos enormes.
La desconexión que pone en jaque la promesa tecnológica
El problema comenzó con el nuevo centro de datos de Microsoft en Colón, Querétaro, pues a pesar de que la empresa lo anunció como una gran iniciativa para ofrecer servicios como Azure y Microsoft 365 de manera local, la realidad es que el proyecto ha enfrentado un gran problema.
Ese problema es la falta de una conexión a la red eléctrica, de hecho, Microsoft reconoció que, aunque el centro de datos está listo, la conexión a la red de la CFE no estará disponible hasta mediados de 2027.
En busca de soluciones la empresa consiguió un permiso para operar con siete generadores de gas, pero esta es una solución es temporal y va contra de los propios objetivos ambientales de la compañía y de México, un país que busca cumplir la meta de la transición energética.
Curiosamente este no es un caso aislado, pues los informes del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) ya habían advirtió en 2023 que los nuevos centros de datos consumían demasiada energía y estaban excediendo la capacidad de la red eléctrica.
El precio del crecimiento y la tecnología
El problema de la energía es solo una de las partes de una historia compleja, donde el rápido crecimiento de las industrias, con más de 70 nuevos centros de datos previstos para los próximos cinco años, están agotando recursos tan esenciales como el agua.
Lamentablemente el proyecto Querétaro, es una prueba de ello, pues la población local constantemente sufre por la escasez y los cortes de agua, ya que los grandes centros de datos gastan enormes cantidades para enfriar sus servidores.
Pero ¿Qué dicen las industrias de esto? Básicamente argumentan que sus tecnologías han evolucionado, pero la falta de transparencia sobre el uso de recursos ha aumentado la preocupación de la gente, quienes temen por el impacto social y el daño a nuestro planeta.
Sin duda la situación es compleja y nos hace cuestionarnos si realmente vale la pena arriesgar tanto por el crecimiento económico, pues nadie quiere que llegar a una destrucción masiva como la que está ocurriendo en la Amazonía. Si México quiere convertirse en un paraíso tecnológico no bastará solo de atraer inversión, deberá resolver los problemas energéticos sin comprometer los recursos de nuestro planeta.