Nuestro planeta está lleno de riquezas, pero muchas veces no sabemos lo cerca que estamos de ellas, por eso, hoy te contaremos sobre la mina de energía azul más grande del planeta que está ubicada en México y podría cambiar para siempre su historia.
Una energía desconocida
Debido a la contaminación de nuestro planeta, los países están intentado ser más sostenibles, pero ese camino no ha sido fácil, especialmente cuando se trata de transicionar a energías más limpias, pues durante muchos años hemos dependido de los combustibles fósiles.
México no es la excepción a esta regla, ya que el petróleo siempre ha sido la fuente principal de energía y las energías renovables más conocidas como la solar o la eólica, a pesar de ser eficientes no son constantes.
El sol no brilla de noche y el viento tampoco sopla con la misma fuerza todos los días, así que la búsqueda de nuevas alternativas se ha vuelto una prioridad de suma urgencia, pero ¿Acaso estas son las únicas energías limpias?
La respuesta es no, y aquí es donde cobra protagonismo una fuente desconocida por la mayoría de las personas y se trata de la energía azul, también llamada energía osmótica, la cual es una energía renovable ideal para México.
Esta energía se genera de forma natural y constante a partir de la diferencia de salinidad entre el agua dulce y el agua salada, principalmente en las desembocaduras de los ríos, es por ello que México es el candidato perfecto para aprovecharla.
La energía azul es el futuro
Ante este panorama, un legislador presentó un punto de acuerdo para exhortar a la Secretaría de Energía y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a que inicien proyectos para generar electricidad a partir de esta fuente.
El objetivo es que México aproveche su geografía para forjar un nuevo camino en materia energética y se posicione como un líder en el desarrollo de energías limpias, sobre todo ahora que se descubrió este enorme yacimiento.
La energía azul se libera cuando dos cuerpos de agua con diferente salinidad, como un río y el mar, se mezclan, pero ¿Cómo se obtiene esta energía? bueno, existen dos grandes métodos y lo mejor es que ninguno genera contaminación y su único residuo es el agua salobre.
El primer método es la ósmosis por presión retardada, en el que se usa una membrana para separar el agua dulce y la salada, básicamente la presión natural del agua dulce que se mueve hacia el lado salado es tan fuerte que se usa para hacer girar una turbina y generar electricidad.
El segundo método es la electrodiálisis inversa, donde se usan dos tipos de membranas que permiten el paso de iones positivos y negativos, respectivamente, así al aplicar una corriente eléctrica, los iones se mueven a través de las membranas, creando electricidad.
La energía perfecta para México
Los científicos consideran que esta energía es perfecta para los países con las características geográficas de México, pues la confluencia de ríos con el Océano Pacífico y el Golfo de México ofrece las condiciones perfectas para su aprovechamiento.
Aprovechar esta fuente de energía podría traer grandes beneficios, como la reducción en las tarifas de luz, la creación de empleos directos y una mayor estabilidad económica, ya que el país dependería menos de las fluctuaciones en el precio del petróleo.
Otro punto importante es que, esta tecnología ofrece una alternativa a los hidrocarburos y podría ayudar a mitigar el problema de la contaminación de aguas residuales en México, ya que investigadores de Estados Unidos han logrado producir esta energía usando desechos domésticos.
Aunque la tecnología aún está en fases de desarrollo y experimentación, el senador Omar Holguín asegura que la visión de reemplazar las fuentes convencionales con alternativas limpias no es solo una opción, sino una necesidad impuesta por la crisis climática.
Sin duda la energía azul, es perfecta para México y nos demuestra que el mundo de las energías renovables es mucho más amplio de lo que creíamos y que no tenemos que limitarnos únicamente a las energías tradicionales, pues nuestro planeta está lleno de recursos, como esta mina de energía que se pueden aprovechar para lograr la meta de la transición energética.