Siempre hablamos sobre la importancia de cuidar nuestro planeta y avanzar sin destruirlo, pero muchos países no saben como hacerlo o necesitan mas opciones y eso es lo que le está pasando a México, quien quiere avanzar de manera respetuosa, pero debe evaluar cómo hacerlo.
La intención no es suficiente
Nuestro planeta está cada día más contaminado, pero afortunadamente, la conciencia ambiental también ha ido creciendo y cada vez son más los países comprometidos con el desarrollo sostenible, que buscan avanzar sin destruirlo.
Esta meta suena muy hermosa, pero en la práctica es mas compleja de lo que parece, sobre todo cuando se trata de la demanda energética, que aumenta día tras día y no sabemos como satisfacerla sin perjudicar a nuestro planeta.
A pesar de tener muchos recursos naturales, México siempre ha dependido de la energía de otros países. Para resolver esto, se ha considerado usar métodos de explotación muy rentables, pero que contaminan el medio ambiente y afectan a las comunidades locales.
Ante este problema, el gobierno actual se enfrentó a una difícil decisión, por un lado podían seguir el ejemplo de otros países que priorizan la producción a cualquier costo ambiental o bien tomar una postura de principios y buscar alternativas más limpias, aunque sea más complicado.
La fuerte decisión de México
Mientras el descubrimiento de un yacimiento de energía sorprende a todos, ahora México ha decidido decir “no” a la destrucción a gran escala, pero ahora tiene el desafío de encontrar las opciones que necesita para su futuro energético.
Sucede que la presidenta Claudia Sheinbaum ha dejado claro que Pemex no utilizará la técnica de fracking para extraer gas en México, pero ¿Qué es el fracking? Básicamente es un método donde se inyectan grandes cantidades de agua y químicos a alta presión en el subsuelo para liberar el gas natural.
La presidenta explicó que esta técnica, que se usa mucho en países como Estados Unidos, no es una opción viable para México, ya que el proceso es un gran daño al medio ambiente, especialmente por el enorme consumo de agua que requiere.
Además de los riesgos que implica, las zonas donde se encuentra el gas natural son lugares con muy poca agua, lo que haría la extracción aún más insostenible, así que con esta decisión México reafirma su compromiso con nuestro planeta.
El problema detrás de un rechazo
Oponerse al fracking es, una declaración de principios, de la cual México debe estar orgulloso, sin embargo, Sheinbaum reconoció que esta postura conlleva un gran dilema para el país, ya que dependen en gran medida de las importaciones de gas natural de Texas.
Este gas no solo es vital para las industrias, sino que también es el principal combustible utilizado por la Compañía Federal de Electricidad (CFE) para la generación de la mayor parte de la energía eléctrica del país.
Aunque el gas que se compra a Estados Unidos es muy barato, la presidenta Sheinbaum explicó que no es bueno depender tanto de otro país, ya que eso afecta la soberanía energética de México, por lo que es de suma urgencia encontrar otras opciones para producir gas propio sin contaminar.
En búsqueda de nuevas soluciones
En búsqueda de soluciones, un equipo de trabajo en Pemex se encargará de analizar y encontrar nuevas técnicas de extracción de gas que no generen un impacto negativo en nuestro planeta y están explorando ideas innovadoras, como producir gas a partir de la biomasa generada en los rellenos sanitarios.
También pusieron en marcha un ambicioso plan financiero que busca que Pemex sea una empresa autosuficiente para el año 2027 y para lograrlo están tomando varias medidas comenzando por dejar de producir combustibles de bajo valor.
Y por si fuera poco, se ha creado un fondo de inversión con un capital de 250 mil millones de pesos que servirá para financiar proyectos clave, como la exploración de nuevos yacimientos, asegurando el crecimiento de la a largo plazo.
Con este plan, el gobierno de México busca que la empresa estatal pueda financiar su propio crecimiento, y que la búsqueda de la autosuficiencia energética no dependa solo de las decisiones ambientales, sino también de una estrategia financiera sólida.
Sin duda, México es un ejemplo a seguir, pues nos ha demostrado que el desarrollo de un país no debe ser a costa de dañar nuestro planeta y si bien, aún queda mucho por hacer, el país está avanzando hacia el desarrollo sostenible, tal como lo hace China, con este superauto.