México está lleno de riquezas, que muchas veces pasamos por alto o no sabemos realmente su importancia. La energía del futuro depende de un metal que es clave para las baterías de todos los autos eléctricos, los celulares y los sistemas que almacenan energía limpia. Hay una carrera mundial para ver qué país tiene más de este «oro blanco», porque el país que lo posea tendrá una riqueza que se cuenta en miles de millones de dólares y México es uno de los afortunados, pero ¿Sabrá aprovechar este recurso? ¿De qué recurso se trata? Quédate para descubrirlo.
Grandes riquezas en México
México está sentado sobre una de las reservas más grandes de este material esencial en el mundo, sin embargo, hay un problema grave: el recurso está escondido de una forma muy difícil de sacar, porque la tecnología actual no funciona y además, hay pleitos legales que impiden que se pueda empezar a trabajar en su extracción.
Mientras que la empresa del Estado se ha estancado por falta de fondos y por las demandas, se necesita urgentemente una forma de avanzar. Por eso, un grupo de mujeres emprendedoras y científicas mexicanas ha propuesto una solución muy inteligente para desbloquear de una vez por todas esta riqueza oculta.
México tiene reservas estimadas del valioso metal llamado litio que podrían valer una fortuna. El gran reto es que el mineral está atrapado en arcillas, una forma muy difícil de extraer. Para resolverlo, una alianza de mujeres empresarias pidió a la presidenta Sheinbaum aprobar una coinversión público-privada para usar tecnología mexicana y desbloquear el litio de Sonora.
El oro blanco está atrapado
Hace poco vimos que México encontró 4 puntos calientes, lleno de energía y ahora veremos lo que está pasando con el litio, un material muy importante para la transición a energías más limpias.México tiene enormes reservas estimadas de litio, especialmente en los estados de Sonora y Chihuahua, sin embargo no lo está aprovechando.
El problema es que, en la mayoría de los países, el litio se encuentra en salmueras (lagos salados) o en rocas duras, lo cual ya se sabe cómo procesar. En México, el litio está en arcillas (rocas sedimentarias), y la realidad es que hasta ahora, nadie en el planeta ha logrado producir litio a escala industrial y rentable a partir de arcillas. Este reto técnico es enorme y requiere una inversión de miles de millones de dólares en investigación.
A esto se suma que el principal yacimiento de Sonora, Bacadéhuachi, está paralizado. Después de que el gobierno nacionalizara el litio, se inició una gran disputa legal internacional contra México por la cancelación de concesiones a empresas extranjeras. Mientras ese pleito se resuelve (lo cual podría tardar años), ese litio no puede ser tocado ni explorado por nadie.
La solución ha llegado
Ante la urgencia de empezar a trabajar con el litio que sí se puede tocar, la Asociación de Mujeres Emprendedoras Innovadoras (AMEI) presentó una propuesta concreta a la presidenta. Ellas no quieren ir en contra de la nacionalización, sino fortalecerla con tecnología y dinero privado, pero bajo el estricto control del Estado.
El plan que proponen es crear el Fideicomiso Nacional de Litio Verde, que funciona como una herramienta para unir fuerzas. Sería una colaboración donde pondrían dinero y conocimiento el gobierno, las universidades más importantes de México (como la UNAM y el IPN) y las empresas privadas. El objetivo es usar la Patente NIRHI, una tecnología totalmente creada por científicos mexicanos, para construir una planta de prueba en Sonora y Chihuahua.
Esta tecnología promete ser amigable con nuestro planeta, ya que será capaz de sacar el litio de las arcillas de forma limpia, gastando pocos recursos, e incluso ayuda a purificar el agua. Si esa planta de prueba funciona, será el primer paso para construir la primera planta mexicana que fabrique baterías de litio, creando una industria completa en el país.
México tiene en sus manos el recurso clave del siglo XXI. La propuesta de la AMEI y el Consorcio Mexicano de Litio e Hidrógeno representa una oportunidad concreta para superar la barrera tecnológica de las arcillas, usando la innovación nacional y la coinversión supervisada. Sin embargo, la promesa de miles de millones de dólares solo se hará realidad si el gobierno logra dar luz verde a esta colaboración, mientras resuelve la incertidumbre legal que hoy mantiene inmovilizado el yacimiento más grande del país. Pero mientras esperamos la respuesta el país cosechará energía en las alturas.